Discurso del gobernador Jorge Sapag en el acto de entrega de vehículos para el sistema de Salud. Neuquén, 18 de septiembre de 2013.

Gracias a todos los responsables del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), del sistema de recupero financiero, a los que están en el departamento de compras, de contrataciones; por la agilidad, la rapidez, la eficiencia y la trasparencia de estas adquisiciones que hoy son 9 ambulancias, 6 colectivos y también tenemos las 15 camionetas, y otras 10 ambulancias que están en trámite.

Es constante, es dinámico el reequipamiento, porque hacemos 10 mil derivaciones por año, esto significa unos cuantos kilómetros y el desgaste de las camionetas y de las ambulancias es muy rápido. Así que necesitamos hacer estas reposiciones y equipamiento. El otro tema es el equipamiento del hospital.

Estamos trabajando mucho en la tecnificación. El otro día, en Chos Malal, nos sentimos muy orgullosos viendo un sistema de radiografía moderno de última generación, donde se sacaban las radiografías y con un sistema móvil en la camilla que transmitía desde distintos ángulos las radiografías y transmitirlas en línea al hospital de Neuquén y desde Neuquén al Garrahan (Hospital de Pediatría Dr. Juan Pedro Garrahan). Al estar en línea con el sistema  la tecnología nos permite el uso de este sistema de telemedicina que cada vez lo vamos a ir mejorando más.

Cincuenta años de la creación del sistema de salud de la provincia del Neuquén se cumplen este año, 100 años del Hospital (Provincial Dr. Eduardo) Castro Rendón. Un aplauso para las 7.300 personas que trabajan en el sistema de salud porque el nivel de excelencia y calidad que se va adquiriendo en estos 50 años del sistema de salud es notorio. Desde aquellos tiempos fundacionales de la atención primaria de la salud, llegar a tener hoy el grado de complejidad del sistema de salud de Neuquén y del hospital Castro Rendón es realmente un nivel de excelencia, me siento orgulloso.

Quiero sumarme a las palabras del ministro (de Salud) Rubén Butigué cuando hablaba de la democracia. Treinta años de democracia y quería distinguirla, rápidamente, de la demagogia. Es muy fácil la demagogia, la democracia es muy difícil, es muy fácil el discurso desde la oposición y el discurso desde aquellos que no tienen la responsabilidad de gobernar. Aquellos que tenemos la responsabilidad de gobernar, de estar domando el potro, de estar jineteando los problemas, sabemos lo que es la democracia. Sabemos lo que es el diálogo, el respeto, recibir críticas, la gestión, que todo depende de la gestión que se haga, del trabajo de todos los días.

La demagogia es muy sencilla, es verborrágica, facilista, porque para la demagogia todo es fácil. Pero ¿cómo no pensó en esto? ¿Cómo no lo ve el gobernador esto?, si es tan fácil… La demagogia es voluntarista, no importa cuánto hace falta, si se puede, ¿cómo en la provincia del Neuquén no se puede hacer lo que se quiere? En la democracia se hace lo que se debe y lo que se puede. En la demagogia se hace lo que se quiere pero en una referencia absolutamente virtual, porque el demagogo no está al frente de las responsabilidades del gobierno. Si un demagogo está al frente de las responsabilidades de gobierno les garantizo dura 30-60 días su gestión.

Conocemos provincias donde han llegado a gobernar aquellos que hacen de la demagogia una práctica y prometen el oro y el moro cuando están en campaña, y cuando llegan se encuentran con la realidad. “Yo en campaña prometí esto y ¿cómo le voy a negar esto a la gente mía? yo me comprometí”. Cuando a fin de mes hay que asumir todas las responsabilidades y obligaciones, vuelcan. Esto lo hemos visto en muchas provincias argentinas.

Quiero destacar estos 30 años de democracia y rendir un homenaje y el honor a todos aquellos que se esfuerzan para construir la democracia, al ciudadano en especial, es el ciudadano el que construye ciudadanía y democracia y construir ciudadanía y democracia siempre es un esfuerzo. Es muy fácil hablar, es muy fácil discursear,  es muy fácil criticar, es muy fácil calumniar, lo que es difícil es construir.

Construir este edificio llevó mucho tiempo y esfuerzo, desde conseguir la plata, diseñar el proyecto, tener la idea, estar al frente y llevarlo adelante. Para destruirlo lo podemos destruir en cinco minutos, le ponemos una bombita y lo destruimos, lo destruimos en un rato. Pero la democracia se construye así, con el esfuerzo de cada día, así se construye también la civilización, así se construye el sistema de salud.

Es muy fácil criticar el sistema de salud o el sistema de educación de una provincia, lo que es difícil es construir, lo difícil es dar las respuestas. Cuando uno recuerda lo que decía Rubén cómo se trasladaba a los pacientes, cuando había que conseguirles un asiento en un colectivo para que se fueran o contratar el servicio de terceros o depender…

Quiero destacar algo: el único, el único avión en la provincia que hace vuelos sanitarios es el avión de la Provincia de Neuquén, quiero destacarlo porque por ahí anda una propaganda diciendo que hay otro avión que está a disposición de la comunidad neuquina y que hace vuelos sanitarios. El único avión sanitario que hace vuelos sanitarios es el de la Provincia y cuando el avión está en reparación, alquilamos y lo paga el sistema de Salud o lo paga el Instituto (de Seguridad Social del Neuquén).

Quiero destacarlo porque la demagogia hace estragos, es muy fácil hoy creerle al demagogo pero las cosas son así, la única verdad es la realidad y para mí la verdad se abre camino sola.

Y después también quería comentarles acerca de la demagogia que es muy fácil discutir acerca de distintos temas que hay en la realidad neuquina y en esta discusión -que es bueno que se dé cuando hay buena fe en la discusión- hay tres campos de los cuales tenemos que tener muy en claro dónde estamos discutiendo, en qué lugar del campo estamos discutiendo.

Yo, cuando estudiaba derecho -me lo deben haber escuchado decir muchas veces a esto-, tuve dos profesores excelentes, un constitucionalista, muchos libros de Derecho Constitucional, Germán Bidart Campos, mi profesor, y otro profesor de Derecho Internacional Privado que escribió muchos libros, (Werner) Goldschmidt, gran eminencia; y los dos eran fanáticos de la Teoría Tridimensional del Derecho de Rudolf von Ihering. Von Ihering decía que habían tres lugares para discutir los temas, el campo del deber ser, de lo que debería ser el ideal, que es el campo de los valores. El deber ser que todos lo tenemos en nuestro corazón y son las famosas utopías que todos queremos construir y que está bien tenerlas. El campo del deber ser es bueno, son los valores que nos animan.

Está el campo del ser, lo fáctico, los hechos, la realidad, lo sociológico, el campo que nos toca vivir día a día, lo cotidiano y también dentro de lo cotidiano tiene el ser fáctico del corto y mediano plazo. En el largo plazo podemos tener el deber ser. Y después está el campo de las normas del derecho, el derecho escrito, costumbres, consuetudinario, el de las normas que regulan la vida social. ¿Por qué quiero comentarles esto? Porque a veces estamos discutiendo algo y no sabemos en qué terreno lo estamos discutiendo. Y quiero hablar de energía con ustedes, quiero aprovechar este momento para hablar de energía porque es el tema que se está tratando.

En el campo del deber ser, de los valores, a mí -como neuquino, como argentino- me encantaría tener energía solar, energía en base al hidrógeno, en base al agua, al viento o vapor de agua, todas las energías limpias como utopías realizables me parece que es el valor al que tenemos que aspirar.

Los neuquinos tenemos la cuenca de agua más importante de la Argentina, y podemos aspirar a tener represas hidroeléctricas, podemos aspirar a tener toda la energía eólica que querramos, porque tenemos un capital de viento patagónico excelente como para tener energía limpia y renovable.

Eso es el campo del deber ser, que tiene que ver también con todo el trabajo que tenemos que hacer de sostenimiento del planeta, defender la tierra, defender el agua, defender  el subsuelo, el aire, todo del campo del deber ser y que podemos discutir en ese campo, ideológicamente seguro que nos vamos a poner de acuerdo en muchas cosas, en otras no.

Después está el campo del ser, el campo fáctico de la realidad que nos toca, cotidiana. En este campo tenemos que separarnos un poquitito de las utopías y vivir el día a día. Queremos que el auto ande, que el avión ande, queremos que un hospital esté iluminado, que una escuela funcione, queremos cocinar y calefaccionar nuestras casas. El 90 por ciento de la matriz energética argentina -cuando hablo de matriz energética me refiero a todo lo que se usa en la República para mover la industria, la fábrica, los hogares, colectivos, para mover las ambulancias, calefaccionar los hogares-, el 90 por ciento de la matriz energética argentina depende del gas y los combustibles fósiles del petróleo.

Y esa realidad no la inventé yo, no la inventó el gobernador de la provincia ni la inventó el gobierno nacional, esta realidad existe. Quizás sea uno de los pocos países del mundo que tiene el 90 por ciento de su matriz energética en base a gas y petróleo, pero esa es la realidad. Tenemos algo de carbón, algo de energía nuclear, algo de hidroelectricidad, de la cual el 25 por ciento de la hidroelectricidad del país la genera Neuquén; y tenemos por otro lado dentro de este campo de lo fáctico la obligación de gobernar.

Lo que decía Rubén (Butigué), el Estado es como un padre que tiene que velar por los intereses de todos, yo agregaría un padre y una madre, ¿no? es decir, son los padres que tienen que velar para que a las familias les vaya bien. Por eso existe el Contrato Social, ese libro de Rousseau tan importante que fue fundacional en los conceptos republicanos, de democracia después perfeccionados, que decía que todos los ciudadanos hacemos como un pacto abstracto; en donde decimos “vamos a tener un gobierno, un Estado, al cual le vamos a delegar un montón de funciones”.

Por ejemplo, no ejercer justicia por mano propia y tener una justicia que administre. No el “ojo por ojo, diente por diente” sino un Estado que administre justicia, que tenga el monopolio de la fuerza pública, que tenga la escuela pública, el sistema de salud público. En fin, ése es el contrato social para abreviarlo, en donde nosotros, los ciudadanos, decidimos delegarle al Estado un montón de funciones.

Pero ese Estado con ese contrato social, esos padres -padre y madre-, necesitan recursos para poder sostener la sociedad civil y para sostener al Estado, y quiero referirme ya en este punto de este tema a un artículo que salió hoy en un diario, donde diputados de la oposición dicen que la caja de jubilaciones de Neuquén no debería sostenerse a partir de la actividad del gas y el petróleo.

Yo dije “¿en que están pensando?” Están pensando y dicen “no, es el Estado quien tiene que hacerse cargo”. Pero es el Estado es el que conformamos todos con el contrato social, o sea: o pagamos más impuestos o generamos más recursos.

No hay otra manera de sostener el Estado. Cuando se hace un contrato social se dice que cada ciudadano va a ser un contribuyente, tiene que contribuir al Estado para que el Estado haga funcionar al Estado y a la sociedad civil.

Ahora, cuando vos decís “no, no, no, la caja de jubilación es estatal, me la hace funcionar el Estado”, hermano, el Estado sos vos. Vos sos el contribuyente que lo tiene que sostener. Una caja de jubilaciones o la sostenemos con los aportes y contribuciones, o la sostenemos con impuestos o recursos. Yo cuando dije que el gas y petróleo nos podían ayudar a ser sustentable la caja de jubilaciones me refería a esto.

Hago un paréntesis: sustentable el Estado provincial, los estados municipales, el Poder Judicial con su autonomía que tiene autarquía –Poder Legislativo-. Todos necesitan del Estado. ¿Quién es el Estado en definitiva? El Poder Ejecutivo recauda, pero el Estado lo constituimos todos ¿y recauda qué? las contribuciones de los ciudadanos.

Y hay tres ingresos: impuestos provinciales, nacionales y regalías de gas y petróleo o de hidroelectricidad. Entonces me parece que hay que volver a ese concepto de cómo se genera para sostener la caja de jubilación. Las cajas de jubilaciones ¿las tiene que sostener el Estado? Estoy de acuerdo, el conjunto de la sociedad. Repito: o aumentamos las contribuciones y los aportes, o aumentamos los impuestos, o nos encargamos de que el Estado-gobierno tenga más recursos para poder hacer autosustentable al municipio, a la caja de jubilación, a la obra social del Estado y todas las empresas estatales que tienen que funcionar con la necesaria asistencia del Estado.

Entonces me parece que este cuestionamiento a que el gas y petróleo pueda financiar la sustentabilidad y la gobernabilidad desde distintos estamentos e instituciones del Estado es un gran error. El Estado tiene que generar recursos de donde pueda y no cargar tanto sobre los contribuyentes. O si no, la presión fiscal va a ser enorme sobre los contribuyentes para poder sostener el Estado.

Una solución. Los neuquinos no queremos más lo que están diciendo algunos, queremos solamente energías del deber ser: el viento, el sol, el agua, pero no queremos el gas y petróleo. Muy bien, ¿no querés más el gas y el petróleo? ¿Dentro de tres o cinco años quién va a pagar los sueldos? ¿Quién va a pagar las obligaciones del Estado? ¿Quién va a pagar las deudas del Estado?

El otro día leí un artículo de un matutino neuquino que cuestionaba el endeudamiento de la provincia. Muy bien, volvemos al contrato social: si los aportes que hacen los contribuyentes, o sea los contratistas de este contrato social, no alcanzan ¿qué hay que hacer? O parás al Estado, o tomás deuda. Es como una familia o una empresa: si vos administrás y no te alcanzan los recursos, y decís “este año vamos a tener 800 millones de déficit, año 2013, y no alcanza ¿qué hacemos?

Tenemos dos opciones: o paramos el servicio del Estado y no pagamos sueldos y no pagamos proveedores, o seguimos sosteniendo el funcionamiento del Estado y tomamos deuda,  la cual tenemos que pagarla después.

Entonces ¿en qué estamos pensando? Tenemos que construir realidades distintas. Einstein dice que cuando un sistema no funciona y los resultados no son buenos hay que cambiar el sistema, si el sistema no funciona hay que cambiar el sistema. Si no me alcanzan los impuestos, no me alcanza la coparticipación federal de impuestos, no me alcanzan las actuales regalías, entonces algo tenemos que cambiar los que gobernamos.

¿La presión fiscal? Ya hicimos dos reformas fiscales y aumentamos la presión fiscal, y estamos recaudando tres o cuatro veces más que hace dos o tres años. Ya está, no podemos presionar más a los contribuyentes. La coparticipación federal de impuestos nacional no depende de nosotros, tenemos el 1,67 por ciento, es el coeficiente que tienen todas las provincias patagónicas, y punto. Donde podemos trabajar es en la realidad del gas y el petróleo.

Y aquí quería llegar también -y los distraigo cinco minutos más-. Tenemos dos opciones: o continuar con las tecnologías convencionales que practican la fractura hidráulica, nada más que con otra calidad y otra cantidad de fracturas; o el fracking, como les gusta decir a muchos y que no me gusta a mí (primero porque es una palabra extranjera, y segundo porque no existe esa palabra extranjera en ese idioma).

La fractura hidráulica existe en la convencional y la no convencional. Y dicen “no, bueno, tenemos que seguir con el petróleo y el gas pero solamente con lo convencional, como se hacía antes”. Muy bien, esto está cayendo el 10 por ciento por año, dentro de cinco o seis años no hay más, y el petróleo y el gas -que representaban en el presupuesto provincial el 50 por ciento de sus ingresos- este mes de agosto fueron del 25 por ciento de nuestros ingresos. Y si continua esto así, dentro de 3 años va a ser el 15 por ciento y dentro de 5 años va a ser del 10 por ciento, entonces indirectamente los que proponen que el gas y el petróleo no se trabaje están diciendo: ‘viejo, hacé un ajuste del Estado’.

Y nosotros no queremos hacer ajuste del Estado, queremos profundizar la presencia del Estado en la salud, en la educación, en el trabajo, en las viviendas. Entonces, ¿cuál es la otra alternativa? Utilizar las nuevas tecnologías. Las nuevas tecnologías, que es la fractura hidráulica, mal dicho fractura hidráulica, se llama estimulación hidráulica, esa es la verdadera palabra técnica, estimulación hidráulica, que hay mayor estimulación de agua, se introduce presión de aire y se hace con agua, gran cantidad de agua. Lo primero que dijeron: ‘Ah, nos van a dejar sin agua a los neuquinos, no va a haber agua potable para los neuquinos, le están sacando el agua a la gente de Añelo, que está tomando agua con petróleo y que además en Añelo la gente se está muriendo de cáncer y nacen con malformaciones congénitas’. Y esto lo dijo (el periodista Jorge) Lanata el otro día en un programa de televisión.

Entonces yo quiero hablar con franqueza y con la verdad. En Añelo, por obra, gracia y trabajo del intendente aquí presente, inauguramos hace seis meses una planta de agua nueva. ¿Seis meses, ocho meses, el año pasado? Un poco más, ya diez u once meses. Inauguramos una planta de agua que se hizo con esfuerzo propio del municipio y de la provincia, y ayuda mutua, empresas que colaboraron y trabajadores que trabajaron voluntariamente también. Tenemos un sistema de agua en Añelo que lo vamos a ir perfeccionando además. Vamos a hacer un hospital nuevo, donde no faltó un diputado que dijo: ‘Ah, la plata para el hospital de Añelo está en los bonos de la Legislatura y también está en los mil millones de Nación’.

¿Y qué importa? Vamos a ver la plata que llega primero, si llega primero lo de Nación nos ahorramos la plata de los bonos de la Legislatura y destinamos esa plata a otra obra. Pero no faltó alguien que dijo una pavada, porque el macaneo está de moda, sobre todo en tiempos electorales.

El tema del agua, dijeron eso, que le íbamos a sacar el agua a los neuquinos. El 95 por ciento del agua que genera la provincia de Neuquén va a parar al mar. Se necesita el uno por ciento de esa agua que va al mar para estimulación hidráulica. Segundo, se dijo: ‘No, el agua se inyecta y vuelve contaminada’. Muy bien. Es cierto. El agua se inyecta y vuelve con agua del subsuelo que no es apta para el consumo o vuelve con productos químicos. Bueno, nosotros hemos sido la provincia en Latinoamérica de avanzada en la legislación. Ese orden normativo del que hablábamos, el tercer orden. Hemos dispuesto la obligación de tratar toda el agua que se utilice en la estimulación hidráulica y devolverla pura. Algunas empresas se quejaron. Hemos prohibido el uso de agua de subsuelo. No se permite. Y aparte por cada pozo, obligamos a una licencia ambiental. No vamos a autorizar en cualquier lugar un pozo. Vamos a establecer zonas de exclusión. Y también otros decían: ‘No’. No voy a contestar el argumento de los terremotos porque no merece ningún análisis. Eso no merece ningún análisis.

El agua vos tenés la obligación de tratarla, la tenés que devolver a la superficie en el mismo estado en que la recibiste. Y con dos destinos: o la reutilizás en fractura o la reutilizás en recuperación terciaria o la depositás en los reservorios especialmente habilitados; y está prohibido volcar el agua de retorno en ríos, en lagos o en lagunas. ¿Qué hace falta? Un control exhaustivo.

Estamos contratando ingenieros ambientales, nos estamos instalando en la zona y hemos hecho trescientos pozos no convencionales en la provincia de Neuquén. No hemos tenido un sólo problema ambiental en ninguno de esos pozos. En los problemas ambientales que han surgido en la provincia -que ustedes ven por ahí, en los diarios, que se notifican- se dan lugares a las multas, que ahora se elevaron a los 6 millones de pesos. Han sido en todos yacimientos convencionales: oleoductos viejos, oleoductos oxidados o derrames que se producen por negligencias o por falta de atención.

Así que nos queda el tema de análisis entonces: si no trabajamos con las tecnologías no convencionales. El petróleo es el mismo. “Gas convencional” o “gas no convencional”, no. El gas es el mismo. El petróleo es el mismo. Es de excelente calidad. Las técnicas son distintas.

Y la tecnología no es ni buena ni mala. Es bueno o malo el uso que se le da a la tecnología. Esto ya lo decía Einstein sobre la energía atómica, la energía nuclear. Entonces lo que hay que hacer es utilizar bien la tecnología, controlar bien. Y nosotros hemos autorizando el primer cluster, la primera factoría -por decirlo en un término bien nuestro- de petróleo y gas en loma Campana, una zona de meseta. Ahí no hay urbanización, no hay poblados, no hay mapuches.

Apareció un señor Campos, que ahora se llama Campos Maripé. Este señor Campos es nieto de un señor Campos que vino de Chile en 1926 y que pidió un derecho de pastoreo, y que la Nación le dio un derecho de pastoreo. Y ahora un nieto, o varios nietos, reclaman los derechos del abuelo. Había renunciado por escrito a esos derechos de pastoreo.

Pero qué pasa, la Constitución provincial nuestra es sabia en una norma que estableció la reforma de 2006: las comunidades mapuches tienen el dominio de las tierras que tradicionalmente ocupan. No que tradicionalmente ocuparon o que tradicionalmente ocuparán.

Porque si no va a pasar lo de mi amigo cuando era lonko de la comunidad de Kaixipain, mi amigo Cherqui, que yo le decía un día: “Bueno, pongamos los límites, alambremos, cada uno en su casa y Dios en la de todos”. Me dijo “No, yo no quiero ni mensura ni alambrado, porque el territorio mapuche llega hasta donde llega la vista mapuche”, me decía él.

No, no es así. Usted tiene derecho al territorio que tradicionalmente ocupa. Porque ¿qué pasa? ¿Si se te corren a los lugares dónde hay actividad después? No se puede trabar el desarrollo de todos los neuquinos.

Entonces hemos elegido un lugar de meseta, que no tiene acuíferos de agua potable. Los acuíferos que hay están entre cero y quinientos metros, son acuíferos naturalmente contaminados porque tienen arsénico naturalmente o porque tienen distintos contaminantes, salitres, no hay en esa zona acuíferos de agua potable. Y, aún si los hubiera, si se cementa bien no hay ningún problema, como en la perforación convencional. Ahí no hay ninguna diferencia entre convencionales y no convencionales.

Yo quería aclarar esto porque se está hablando tanto de este tema… Rubén me dio el pie al decirme que el Estado es el padre y la madre de todas las actividades que hay en la provincia por este contrato social. Al Estado hay que alimentarlo, hay que hacerlo crecer. Tiene que ser eficiente, no queremos un Estado bobo, un Estado al que todos estafan o todos se enriquecen con él. No. Necesitamos un estado dinámico, inteligente, creativo.

Voy a decir algo y los periodistas no me lo van a tomar, pero bueno. Nosotros creamos Gas y petróleo del Neuquén hace tres o cuatro años. Tomamos la Provincia hace cinco años y medio con mil millones de dólares de deuda, hoy debemos estar en mucho menos que eso, no hemos podido cancelar y hemos tenido que renovar y repagar y volver a renovar y tener déficit.

Gas y petróleo del Neuquén vale mucho más que esa deuda, hoy. Con todo lo que tiene hoy y que recién arranca, recién empieza. Y va a valer diez o veinte veces más de lo que vale hoy. Esto se los puedo asegurar por las riquezas que tiene la provincia de Neuquén. No es un mérito de un gobierno, es porque la hemos hecho crecer y la vamos a seguir haciendo crecer.

En resumen, el Estado neuquino tiene que ser un Estado inteligente y aprovechar sus competencias, aprovechar sus recursos, aprovechar sus oportunidades. Porque si queremos sostener el mejor sistema de salud de Latinoamérica -en base al esfuerzo de los trabajadores del sistema de Salud- tenemos que tener recursos, no nos podemos negar a la realidad.

¿Es compatible el gas y el petróleo con tecnologías nuevas, con el medioambiente? Sí. Cuidemos el medioambiente, cuidemos nuestros recursos, saquemos el gas y el petróleo, propongámonos en el campo del “deber ser” generar energía en base al sol, al agua, al viento, a la energía del vapor, y con la riqueza que generemos diversifiquemos la economía. Pero un país no va a tener nunca soberanía y una provincia no va a tener nunca autonomía verdadera si no tiene educación, trabajo, alimentos y energía.

Y eso es lo que estamos proponiendo para la provincia de Neuquén. Lo entendemos como lo dijo el presidente de Ecuador hace muy poco tiempo. Dijo “Yo, entre trabajar el gas y el petróleo en un sistema sostenible y sustentable con el medio ambiente, y elegir, si no, por la pobreza, elijo por trabajar el gas y el petróleo y con ese gas y petróleo generar las energías limpias que nos permitan tener un planeta limpio en el corto o mediano plazo”.

Pero la pobreza, siempre lo decimos, no es destino para la provincia de Neuquén ni para la República Argentina. Así que felicitaciones, gracias Piti por este lugar, por esta tribuna.