Recomiendan medidas para prevenir el dengue

Recomiendan medidas para prevenir el dengue

abril 17, 2009

Higienizar el ambiente, evitar la acumulación de basura y la formación de pequeños espejos de agua es una de las maneras de evitarlo. Audio: Nota a Adriana Feltri

Dra. Adriana Peltri

En una entrevista mantenida ayer con la especialista Adriana Feltri, miembro del departamento de Epidemiología dependiente de la dirección de Epidemiología y Estadística de la subsecretaría de Salud de la provincia, se especificaron recomendaciones e información sobre el dengue: qué tipos hay, cómo se produjo su aparición en los países de América, y cuáles son los métodos para combatirlo.

¿Qué es el dengue?

– El dengue es una enfermedad viral de distribución mundial, o por lo menos que afecta varios continentes en el mundo, transmitida a través de un vector que es un mosquito, en principio el Aedes Aegypti. En otros lugares existen otros mosquitos Aedes como el Albopictus, pero en lo que hace a Argentina y América no está comprobado aún que sea vector. 

El virus existe como enfermedad entre los humanos desde hace muchos años. En las Américas, puntualmente en Argentina desde 1926 que hemos tenido epidemias de dengue, se logró erradicar a través de programas de erradicación en las Américas por 1960, reapareciendo en el horizonte de la salud pública en América alrededor de 1980. Y desde ahí ha hecho un crecimiento exponencial.

Para 1986 las Américas denunciaron 55 mil casos, actualmente el último de los años (2008) estuvimos en 900 mil casos de los cuales el 80 por ciento se denunciaron en el país vecino de Brasil, el resto se distribuyó en el resto de los países americanos.

Con respecto a la Argentina, desde 1986 hay casos en algunas provincias limítrofes con los países que estaban afectados con un ritmo prácticamente endémico, como puede ser Bolivia, Paraguay, Brasil.

En los últimos dos años, el crecimiento no solamente de la cantidad de casos denunciados sino también de los espacios ocupados por el vector, que es el Aedes Aegypti, ha generado que ocurra el brote y estado de epidemia actual en América, Argentina no quedó aislada de esta situación.

¿Cuáles son los síntomas y consecuencias del dengue?

– El dengue tiene tres formas clínicas. Se describe en salud pública un dengue clásico, que hace un cuadro febril con dolores musculares, dolores por detrás de los ojos, inclusive hablan de fuertes dolores de articulaciones. En algunos casos pueden haber algunas molestias intestinales o pueden aparecer algunas manchas en la piel pero que son transitorias. En general la mayoría de los dengues son así, clásicos, tienen inclusive manejo ambulatorio con control de fiebre.

Existen dos formas graves, el dengue hemorrágico que tiene sus complicaciones de hemorragias intestinales, digestivas y ginecológicas, entre otras; y el shock por dengue que también tiene su repercusión cardiovascular. Son las formas por ahí graves, quizás menos frecuentes pero las que pueden transformar el dengue en mortal.

¿En materia de prevención que nos podría informar?

– En principio sería interesante contar la historia de cómo fue creciendo el problema del dengue en las Américas, para comprender quizás cómo podemos volver a ganar terreno sobre este problema de salud.
La OPS (Organización Panamericana de la Salud) marca determinadas situaciones de riesgo que han generado que avance el Aedes Aegypti, sea esto una mayor actividad, una mayor exposición y un aumento de los territorios que el mosquito abarcaba, y por ende la circulación del virus entre los humanos.

En las situaciones geográficas el hombre ha generado muchos cambios sobre la tierra, entre ellos talas de bosques, represas, cantidad de material plástico muy difícil que la naturaleza por si misma pueda reciclar o eliminar. Todas estas cosas, entre otras más, generaron un cambio en lo que hace a la geografía, a los ecosistemas. Todo eso hace que este vector como otros hayan avanzado sobre territorios que antes no tenían en su cotidiano.

A su vez han cambiado situaciones socioeconómicas poblacionales, hay un mayor empobrecimiento, mayores dificultades sanitarias en general de la población y de los sistemas de respuesta asistencial sanitaria en los países de las Américas.

Otros cambios de los que hemos tenido los aportes desde otras instituciones, como la OPS, son los cambios demográficos. Los últimos 20 años la urbanización fue en aumento, se produjo el despoblamiento de las áreas rurales hacia los grandes centros urbanos con una arquitectura desordenada, que no fue acompañada en muchos de los casos por un sistema de saneamiento ambiental adecuado, llámese esto agua potable, saneamiento de cloacas, recolección de basura. La actitud por ahí de las grandes masas de acumular basura o de tirar basura en predios comunes, desechos, desperdicios y demás son cosas que han generado también un terreno propicio para este tipo de vectores.

Por eso, en base a todos estos cambios que por ahí uno ve, con los cuales se generó un aumento progresivo de los casos de enfermedades como el dengue, podemos enfatizar las medidas de prevención.
Entre ellos hay medidas en gran escala que dependen de la sensibilización y la capacidad de respuesta de los distintos gobiernos para el mejoramiento de lo que hace al saneamiento ambiental en general de las distintas poblaciones, en las distintas áreas que estamos viendo.

A su vez, hay medidas directas, por ejemplo la eliminación de la basura, evitar la acumulación de esta basura, la eliminación correcta de excretas, el mejoramiento de los sistemas cloacales, las redes correctas de agua potable.

Y después actitudes de tipo familiar, entre las cuales volvemos a recalcar: no tirar basura, no acumular ni acopiar basura, ni desperdicios, ni desechos, ni cosas que por ahí tienen materiales en desuso, hierros, cacharros, hasta muebles, maderas, escombros. Cosas que la gente acumula durante mucho tiempo y que pueden generar acumulo de espejos pequeños de agua con recambios que no se realiza permanentemente, cada tres días, y pueden favorecer un lugar para que aniden los mosquitos y que sigan acercándose o creciendo en el territorio.

Desgraciadamente no existe vacuna, así que no hay una prevención específica como en el caso de la fiebre amarilla que existe una vacuna. El dengue tiene cuatro serotipos, decimos nosotros, o tipos diferentes de virus de dengue que nos pueden afectar inclusive en formas sucesivas.

Es decir, si uno tiene dengue tipo uno, y posteriormente tiene contacto con el mosquito que porta el dengue tipo dos lo va a sufrir. Uno guarda inmunidad duradera contra el tipo de virus que nos ingresó, pero es parcial y muy limitada contra los otros tres serotipos que se conoce que también están circulando.
En el caso de Argentina, sabemos que circula el uno, el dos y el tres. El cuatro, por el momento en los últimos años no hemos tenido circulación viral.

Esto hace que las medidas haya que tomarlas como una herramienta y haya que preservarlas en el tiempo, porque en la medida en que nosotros podemos repetir el dengue en el mismo cuerpo pueden aparecer con más frecuencias las formas graves.

Si bien es cierto que ante la primera infección puede existir la probabilidad de una forma grave, se ve en las estadísticas de los países que vienen hace muchos años con el problema en forma endémico que las segundas o terceras exposiciones tienen altísimas frecuencias de ser el dengue hemorrágico, que es al que más temor se le tiene.

¿Qué se debe tener en cuenta al momento de viajar a las zonas con dengue?

– Primero, tener en cuenta que actualmente ya tenemos dengue autóctono, es decir dengue producido por el mosquito en las provincias. Hay no solamente Salta, Catamarca, Formosa, Chaco, Misiones, sino que se agregan provincias como Santa Fe.

Y hoy, en los diarios de difusión nacional, se ha asumido la presencia de dengue autóctono en pacientes de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires.

Cuando uno dice que viaja a los lugares donde podría haber virus, estamos hablando prácticamente en el mapa actual de la enfermedad todo el noreste, noroeste y gran parte del centro de la República.

El resto de las provincias, porque también es cierto que en los medios figuran que prácticamente ya no quedan provincias sin notificación, eso es así, inclusive Neuquén tiene notificación, pero no son casos autóctonos, es decir no hay la asociación con el vector acá, sino que ha sido gente que por cuestiones de turismo, de recreación, o de trabajo se trasladaron a las áreas de nuestro país o del exterior con problemas de dengue y lo trajeron importado, decimos nosotros, como es el caso de las sospechas del Neuquén.

¿Cuántos casos hay en Neuquén?

– En esta semana tenemos seis casos, dos se descartaron, los otros cuatro son sospechosos, están en estudios.

Todos habían tenido contacto con algunas de las provincias mencionadas, en el Norte. Los primeros cuatro casos fueron de manejo ambulatorio, sin complicaciones, y los dos de esta última semana, por el momento, también. Es el clásico, si lo fuera, porque estamos al nivel de sospecha. Son dos descartados y cuatro sospechas con muy buena evolución. Por lo cual podría ser o negativa la información o, de ser positivo, del tipo clásico.

Entonces, el repelente, ¿es efectivo?

– Sí, los repelentes son efectivos. En general, podemos hablar de que los insecticidas son efectivos, aunque el uso masivo en otros lugares de insecticidas, la fumigación masiva en lugares poblacionales amplios, ha generado que el mosquito tenga cierta resistencia a determinados insecticidas. En Neuquén no están indicadas las fumigaciones masivas.

Los repelentes que se usan han dado buenos resultados, inclusive en los últimos años. Tanto para la fiebre amarilla como para el dengue, la recomendación es rociarse inclusive con cierta frecuencia durante el día, sobre todo cuando uno va a lugares cálidos, donde se transpira más. Y no solamente de la piel que queda al aire libre o expuesta, sino también la ropa, porque en esos lugares cálidos se suele llevar ropa muy delgada y el mosquito puede lograr atravesarla y picarnos también.

El Aedes tiene una cierta predilección por picar en miembros inferiores. Y tiene un hábito diurno. Hay otros mosquitos que, a la inversa, tienen actividad mayor nocturna. El Aedes es diurno y es intradomiciliario, en general, o en el peridomicilio inmediato. Por eso se recomienda llevar pantalones largos, los pies cubiertos, porque es el lugar de predilección, y un rociado permanente.

En los lugares donde se va a pernoctar se sugiere que haya mosquiteros en las ventanas o tules cubriendo las camas, si la infraestructura no diera para el mosquitero. La prevención del contacto es mantener el vector alejado de nosotros y el manejo de la basura y el agua en general.

Y, por supuesto, cualquier situación de aparición de fiebre con dolores de cabeza, musculares o articulares en aquellas personas que han viajado o están de regreso pero en los últimos 15 días han estado fuera de Neuquén y en los lugares que mencionamos, que consulten al médico. Es la mejor forma de anticiparnos a las situaciones de mayor gravedad.

En la relación al dengue en la Patagonia o la provincia del Neuquén, ¿hay algún pronóstico?

– No me atrevería a generar un pronóstico. Sí hemos visto la medida en que se dio el crecimiento exponencial de este evento de salud en las Américas y cómo ingresa exponencialmente también a la Argentina, no solamente por el número de casos sino porque amplió francamente el territorio de acción del Aedes Aegypti.

Eso nos generó cierta preocupación y se comenzó ya el trabajo con el equipo de la subsecretaría (de Salud) y de determinados grupos de zoonosis del municipio de Neuquén, para solicitar incorporarnos a la red de control entomológico del mosquito, como para poder estar alertas si está cercano a nosotros o está circulando. Porque sería importantísimo saber si tenemos o no tenemos el vector.

La OPS (Organización Panamericana de la Salud) planteó que el paralelo 35 separaba el área de riesgo del área que no podía tener circulación del mosquito hacia el 2008. Pero esto también se está poniendo actualmente en duda, lo que hace que manifestemos la necesidad de anticiparnos.

Y buscar la forma adecuada de la vigilancia no solamente en humanos, que es lo que se está haciendo ahora, cuando ante cuadros febriles se hacen los estudios y se envía el suero a los centros de referencia para diagnóstico y para ver en qué situación estamos, sino también para incorporarnos a la red de vigilancia entomológica del vector, de los insectos, pero puntualmente del Aedes.