Y también me acuerdo en una oportunidad, y (el secretario general de la Presidencia) Oscar (Parrilli) se va a acordar también, estábamos en Olivos reunidos, charlando, de distintos temas y Luz, mi hermana, había fallecido en San Martín de los Andes en un accidente automotor y había dejado la intendencia vacante. Había una contienda electoral en ciernes, obviamente había que reemplazar al intendente de San Martín de los Andes. Y él me preguntaba: ‘pero ¿cómo puede ser? ¿La Carta Orgánica no prevé esto? Que termine el mandato quien le sucede de su partido, no podemos estar compitiendo ante esta mala noticia, ante este destino trágico, no podemos estar compitiendo electoralmente’. A mí me asombró y me impactó la grandeza y la altura de ese pensamiento, y ahí nomás lo llamó a Oscar, y le dice: ‘Oscar, ¿qué podemos hacer para que no haya competencia en San Martín de los Andes?’ Y con Oscar nos esforzábamos para explicarle que había que cumplir con las normas electorales, que había que cumplir con las leyes y que había que llamar a elecciones. Él no quería elecciones, él quería que se terminara ese año de mandato por quién representaba el proyecto de Luz en ese momento.
Por supuesto que hubo elecciones, pero tengo que hacer un reconocimiento al Frente para la Victoria que en esa elección no sólo fue respetuosa, no sólo fue de gran altura, sino que además el Frente para la Victoria hizo, digamos, el esfuerzo para ganar, pero respetando esa voluntad popular que había sido manifestada tres años antes. Esa era la actitud de Néstor. Era muy noble, tenía sentimientos muy profundos y aún en la competencia electoral era capaz de tener una mirada muy por encima de los partidos. Porque los partidos son eso, son parte del todo. Y creo que Néstor, a partir del año 2003, le tocó pensar en el todo, y no fue una persona a la que temblaba el pulso. Él era muy firme en sus decisiones.
También hablando de esa solidaridad y de esos sentimientos, el día de la tragedia de mi hermana Luz, yo me acuerdo que estaba… eso ocurrió a las 2 de la mañana el accidente, a las 4, 5 de la mañana su fallecimiento. A las seis y media de la mañana sonó el teléfono. ¿Quién era? Néstor Kirchner. Néstor saludando, abrazando en el dolor y estando presente. Esas son cosas que son muy difíciles de olvidar, son vivencias que uno las tiene. Por supuesto que a los cinco minutos sonó el teléfono otra vez, era (la presidenta) Cristina (Fernández) que llamaba muy golpeada porque la quería mucho a Luz también.
Quiero contar estas anécdotas porque hablan del ser humano. Porque mucho vamos a ver esta muestra del dirigente, vamos a ver mucho de quien fue presidente o gobernador. Pero el ser humano, fue un ser humano excepcional.
Quiero, también decirles que en alguna oportunidad me tocó estar en la Casa Rosada. Estoy contando cosas de Néstor que vienen a los sentimientos. En alguna oportunidad me tocó en un acto en la Casa Rosada, compartir con Néstor presidente. Y Néstor en el discurso recordaba una anécdota que también lo muestra como muy despierto. Nos tocó en la década del ‘90 trabajar juntos por la defensa de los derechos de las provincias. Y él contaba que en una reunión con el gobierno nacional de aquel momento, los gobernadores de la Ofephi (Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos) y estaba mi padre Elías en la reunión, y había que tomar decisiones. Alguna de esas decisiones podía sacar ventaja para una provincia o la otra. Y Néstor vio que mi padre Elías tenía los ojos cerrados. Esto lo contaba Néstor. Entonces apretó el acelerador. Néstor dice: ‘apreté el acelerador y quise sacar ventaja para Santa Cruz’. ‘Y al ratito -dice- Elías, con la mano grande que tenía, me la puso en la pierna, y me dijo: momentito compañero, que este ojo está cerrado pero este ojo está abierto para medir y vigilar qué es lo está haciendo usted, así que no se apure mucho’. Lo que demostraba que no se le podía dar ventaja.
Y quiero rendir un homenaje, porque a Néstor y Cristina les tocó en el año 2003 tomar una república dividida, fragmentada, enfrentada, empobrecida, subdesarrollada. Y al cabo de nueve años de trabajo, la Nación va para delante. Es mucho lo que queda por hacer.
Yo noto que cuando los compañeros le cantan a Cristina y dicen que ‘Néstor no se murió, Néstor no se murió’, y es cierto, vive en el pueblo. Pero Cristina les contesta desde la tribuna y les dice: yo no lo quiero en un monumento, lo quiero al lado mío. Lo que necesita Cristina ahora es a todos los argentinos al lado de la presidenta de la Nación para sacar la República adelante, como dijo el Chino (Fernando Navarro, diputado provincial de Buenos Aires), unidos, con diferencia de ideas, con diferencia de posturas, pero todos juntos para hacer una república Argentina grande y unida.
Muchas gracias amigos, amigas. Desde acá, desde la provincia del Neuquén, a Cristina un abrazo de corazón, a sus hijos. Un homenaje al ser humano, un homenaje a Néstor, un amigo, para construir juntos una Patagonia próspera, como él siempre lo quiso, y una Argentina indestructible. Compañero Néstor Kirchner, presente. Compañero Néstor Kirchner, presente.