Discurso del gobernador Jorge Sapag durante su visita a la escuela Nº 8 de Ramón Castro. Martes, 6 de agosto de 2013.

Señora directora de la escuela Nº 8, Graciela (Vega); al presidente de la Comisión de Fomento, Huguito (Hugo Sánchez); maestra de adultos, Vilma; la maestra de grado, Mónica; a la profesora de Educación Física, Silvana; a los auxiliares, Gabriela, José, Alejandra; al lonco de la comunidad Calfucurá, Cándido Colihuinca; la gente del Consejo Provincial de Educación (CPE); amigos de la Uocra; a la empresa constructora en la persona de su titular; al director de la escuela 288, David (Franco), que después vamos a ir para allá; a la agrupación “Pehuén sobre ruedas”, gracias; a los alumnos; a todos los que colaboran con la escuela 8. Me siento realmente muy emocionado.

En primer lugar quiero hacer referencia al mural, que es muy emblemático y representativo de tantas cosas: está la fuerza del pehuén, la fuerza del agua. Gracias Antonio por estar presente, que fue el hombre que nos permitió a través de su vertiente traer el agua a Santo Domingo y a Ramón Castro. Y el agua es fuente de vida, el pehuén también es fuente de alimento y de vida. La bandera argentina, una casa que puede ser bien una vivienda o bien una escuela, nuestras montañas y fundamentalmente la figura de una mujer, fuente de vida. Gracias a los que dispusieron este lugar, un grupo de artistas de Zapala, que lo han hecho con el corazón.

Y también me parece escuchar entre estas paredes resonar la voz de mi abuela, discúlpenme que haga referencia, a doña Carmen. Hoy, una escuela de Cutral Co lleva su nombre. Doña Carmen, acá a unos 40, 50 kilómetros, en un paraje hacia Cutral Co, una escuela que era de adobe, techo de paja, piso de tierra; fue maestra más de 20 años en esa escuela. Década del 30, década del 40. Ella me contaba cuando yo era chico, la tuve como abuela hasta los 15, 16 años porque se fue pronto y ella me contaba sus trabajos y sus desvelos en la escuela rural. Me contaba lo que era la lejanía, lo que era la distancia, lo que era el olvido, lo que era la marginación, el sueldo le llegaba cada nueve meses, cobraba todo junto pero cada nueve meses. Como los padres tenían tantas esperanzas en la escuela, porque le decían (…), ese centinela de la educación que es la escuela.

No hay nada más importante que la escuela en la vida de un pueblo, en la vida de una sociedad. La escuela es liberadora, porque lo que se aprende aquí son virtudes, son talentos, son conocimientos, pero fundamentalmente es algo que está en lo más profundo del ser de cada uno, de los chicos, de los jóvenes y también de los adultos que reciben una educación, que es la libertad. Porque con educación todos podemos aspirar a una igualdad de oportunidades, podemos aspirar a una integración, podemos aspirar al progreso social, al progreso del ser personal, familiar y de toda una comunidad.

Me quiero también sumar a esta fiesta con alegría. Antes de ayer en Chos Malal bendecía el padre Diego, un padre nuevo, un padre joven que está en el Norte, y bendecía el aniversario de Chos Malal, no solamente de un tema que es importante, que es la construcción de puentes un una sociedad, entre las personas, además de los puentes que uno puede construir para comunicar ciudades o una provincia. Tender puentes entre las personas. El respeto de lo que significa esta vida en sociedad, de esta vida en democracia que respetarnos todos. Y de respetar al otro, respetar las diferencias y estar unidos a la diversidad, aceptar al pluralismo, aceptar la diversidad cultural, nuestra diversidad criolla y mapuche, mapuche y criolla.

Y (…) decía qué lástima que en la sociedad actual muchos empleen la queja, pero no queja en el concepto de protesta o reclamos, de reclamo legítimo, (…), sino la queja (…), la queja de aquel que no cree en nada. Por eso rescato las palabras tanto de Graciela como de Mónica, haciendo referencia a la alegría, a este día de alegría, a este día de gracia. Donde yo soy el primer agradecido. Agradecido a Dios que estamos, como decía Mónica, vivos todos aquí y poder generar esta reunión, poder estar contentos, felices y alegres; y aprovechar este tiempo que tenemos entre nosotros de compartir esta felicidad.

Además, una felicidad que no es propiedad de alguien, es una felicidad que es comunitaria, es colectiva. Porque esto lo han construido, como decía Graciela, muchas personas. Primero se convierte en un sueño, en una idea, ¿por qué no podemos tener nosotros estas mejoras? Después, esa idea, ese sueño que es parte de la esperanza, la esperanza significa querer, desear algo, pero si se desea desde la queja, no va, no sirve. Nunca van a venir, nunca se va a hacer. Hay que desear desde la esperanza y hay que crear desde la fe. Desde la fe en uno mismo. Por ahí se puede descreer de algún dirigente, pero hay que tener fe en una sociedad o un conjunto comunitario para salir adelante y vencer las adversidades.

Por último, llega la etapa de la construcción, creyendo y deseando hay que amar y hay que hacer. O sea, están todas las etapas. No basta con el deseo, no basta con creer. Hay que hacer. Para hacer y construir hay que tener coraje y amor. Sin coraje y sin amor es imposible construir en la sociedad. Por eso, en estos tiempos, un año electoral donde uno como gobernador (…) escuchar a todos, escuchar las quejas o escuchar la parte pesimista, me fortalece este entusiasmo. A mí me fortalece el entusiasmo. Y cuando veo el entusiasmo de los maestros, veo el entusiasmo de todos ustedes… Recién saludábamos a Dorila (Cifuentes) en la cocina y tanto entusiasmo que le pone, porque viene todos los días cotidianamente durante 30 años. El pan calentito, la escuela calentita. Ahora más calentita porque tenemos esta unión entre los dos edificios. Esto antes era un patio abierto. Tener preparados y limpios los baños para no tener que salir afuera en invierno con viento, con frío. Todo esto lo han padecido y sobre este padecimiento se ha construido este presente. Está bueno ser agradecido con la realidad presente.

Hace 60 años, la provincia de Neuquén tenía 150 establecimientos escolares, 50 eran escuelas rancho como la que contaba de mi abuela. Techos de paja, paredes de adobe, piso de tierra. El baño era una letrina afuera. Qué bueno que pudimos progresar en estos 60 años de historia como provincia, y tenemos casi 800 edificios, 1.200 establecimientos. Qué bueno, porque esto es el progreso, qué bueno que podamos tener comunicadas las escuelas rurales con telefonía o que tengamos la posibilidad de un telepuerto satelital para tener Internet. Este es el avance, el progreso. Y tenemos tanto para hacer, tantas cosas para hacer que el tiempo quizás va a ser corto para todas las tareas.

Quiero también recordar a mi tío, a Amado Sapag, porque él en el ’66, junto con una maestra y un (…), arreglaron este edificio, estos dos módulos que hoy estamos acomodando, que hoy estamos techando.

También, un homenaje especial a los padres y al Grupo de Artillería, a los soldados y a la gente del Ejército. Ayer celebrábamos el día del Montañés. El Ejército en estas tareas comunitarias, en estas tareas solidarias ha dejado muestras en la sociedad de caminos, puentes escuelas, y bueno, acá tenemos una prueba del trabajo hecho por soldados, por sus jefes y por los padres.

A los niños, decirles que estoy muy agradecido por la canción “Color Esperanza”, justamente eso es lo que decía el padre Diego. Pintarnos la cara de color esperanza y entrar al futuro con el corazón. Eso es fundamental. Gracias a ustedes por esta cartita, por hacer posible el sueño de todos, de tantos años de pedir y pedir. Pedir es bueno cuando se hace con esperanza y se hace con fe, porque uno tiene la posibilidad de golpear las puertas y las puertas se pueden abrir. Si no golpeamos las puertas, siempre van a estar cerradas. Gracias a los chicos. Gracias porque además había un cuadro que me regalaron con una frase muy linda de un padre, que decía que en la escuela no solamente se aprende, se construye el futuro de cada uno de ustedes, un presente y un futuro. Con esa consigna, de este centinela de la educación, que es la escuela.

Muy (…) las palabras de ustedes, como decía el Papa Francisco cuando llegó a Brasil, donde había ciento de miles de personas entusiasmadas, y Francisco dijo: “Que bendición para mi alma porque me voy de aquí con todo el entusiasmo de todos ustedes y con toda esa energía positiva”. Energía positiva que nos da Dios, que nos da “Ngenechén” del buen pensamiento, el “Rakizuam”, de nuestro mapuche. La fuerza del buen pensamiento.

Yo quisiera que desde aquí, desde esta escuela de Ramón Castro, que tan bien la definió Mónica. Entre los (…), (…), las jarillas, en un lugar donde se lucha, donde se trabaja, donde hay una comunidad humilde pero muy digna que trabaja para forjar la Patria y a la provincia de Neuquén día a día. Agradecerles a ustedes todo el trabajo cotidiano, el trabajo de todos los días como el suyo, de tener el pancito calentito; a ustedes de tener las enseñanzas preparadas para cada alumno, lo que ustedes labran en estos corazoncitos, en estas inteligencias y que queda para toda la vida. Gracias por esta frase, no se si es de ustedes o de los artistas porque yo la voy a tomar en cuenta. La voy a tomar en cuenta porque seguramente yo en algún momento voy a terminar mi tarea de gobernador y está lindo (…) un par de alas que tendré cuando termine, pero no voy a soportar irme sin volar. Y vuelo con el entusiasmo y la energía de todos ustedes. Muchas gracias.