Nos pintamos solas, pero todos juntos concluyó su mural en Loncopué

La subsecretaría de Cultura de la provincia del Neuquén, junto a la dirección de cultura de la municipalidad de Loncopué, trabajó estas dos jornadas mancomunadamente para realizar la concreción del mural.

Después de los talleres de cine debate, literatura y muralismo realizados el 15 y el 16 de mayo, el equipo de la subsecretaría de Cultura volvió a Loncopué para llevar adelante la pintada del mural en la pared lindera con el gimnasio municipal, el marco del programa Nos pintamos solas.

José Luis Castro, artista plástico y docente, trabajó con los participantes del taller de muralismo para confeccionar el boceto. A partir de esa propuesta, jóvenes del CPEM, niños, niñas, personal del hospital, vecinos y vecinas se acercaron a pintar incluso bajo la lluvia del viernes y las bajas temperaturas.

En Loncopué, juntos podemos más, concluyó el equipo de trabajo, quienes regresaron felices luego de tan enorme y reconfortante tarea colectiva.

El sábado, con frío pero despejado, los vecinos junto a los médicos del hospital Horacio Cuevas, personal de la dirección de Cultura y la intendenta Marita Villone, pintaron esa pared hasta convertirla en un mural. Entre quienes se acercaron a dar sus pinceladas al mural, estuvo el artista plástico zapalino que vive en Loncopué, Jorge Bagli, uno de los escultores en piedra más reconocidos de la Patagonia.

Luego de un trabajo de sensibilización visual, ideas, bocetos, charlas mirar y  mirarse, el mural es la representación de la raíz cultural de la localidad de Loncopué bajo la mirada de quienes la viven, la habitan, la construyen.  Las cuatro estaciones, marcadas con valores de color, de otoño a invierno, custodiadas por el volcán Copahue, están atravesadas por el río Agrio entramado como un telar mapuche, cuya terminación en nudos se vuelve un bosque de álamos en el final del verano.

El río nacido de entre las manos de una mujer, figura protagónica de la composición, que levanta las manos al cielo, mirando al oeste inaugura la narración desde la izquierda. En el cielo tres cruces andinas, símbolos del cacique, ya que Loncopué significa cabeza de lonco. Pastan a la orillita del río, algunas ovejas, haciendo referencia directa a una de las formas de producción regional, la ganadería trashumante y la producción lanera de la zona. Avanzan hacia la derecha, coronando el cielo,  tres obligados loros, que son protagonistas de los días y las noches loncopuenses, todo el año.

Nos pintamos pero solos nunca, todos juntos. En Loncopué, juntos podemos más, concluyó el equipo de trabajo, quienes regresaron felices luego de tan enorme y reconfortante tarea colectiva.