Neuquén será la sede Rosa internacional

Del 14 al 17 de noviembre se desarrollará el encuentro de botes dragones denominado Latinoamérica Rosa en organización coordinada entre el ministerio de Turismo y la asociación Fénix Patagonia Argentina. Se trata de una actividad que apunta a fortalecer la hermandad entre mujeres que lograron vencer el cáncer de mama.

Se trata de un evento internacional participativo, sin connotaciones competitivas, dirigido a equipos de mujeres que sobrevivieron al cáncer de mama y practican Dragon Boat como actividad de rehabilitación postoperatoria.

La actividad se llevará a cabo en la Laguna Reserva protegida – Rincón de Limay-Plottier, provincia del Neuquén. Entre lo previsto se desarrollarán conferencias, clínica de remo en bote dragón, regatas participativas para novicias y competitivas para equipos conformados y consolidados, juegos de recreación y ceremonia de la flor, entre otras.

Acompañaran con su presencia el doctor Donald McKenzie creador de esta actividad y autoridades de la International Breast Cancer Paddlers Commission (IBCPC), Comisión internacional que nuclea a los equipos formados en todo el mundo.

Sobre Rosa Fénix

Rosa Fénix Patagonia Argentina integrada casi en su totalidad por sobrevivientes de cáncer de mama es hoy una asociación civil sin fines de lucro cuya personería jurídica fue declarada  por el decreto provincial 1071/17. Se inició como equipo de remo y espacio de contención para las participantes.

La elección de esta actividad física que llegó al país en 2015, está basada en estudios médicos hechos en Vancouver, Canadá, por el doctor Donald McKenzie, profesor del departamento de medicina deportiva especializado en fisiología del deporte. En 1996, el especialista desafió el pensamiento médico imperante en esa época: de que las mujeres y hombres tratados con ese diagnóstico debían evitar el ejercicio riguroso por temor a desarrollar Linfedema, tipo de edema con acumulación de líquido producido por una obstrucción en los canales linfáticos del organismo.

Luego se comprobó que el movimiento cíclico y repetitivo del paleo actúa como  drenaje linfático natural para la recuperación, lo que evita la formación de linfedema.