Meningitis: tranquilidad y recomendaciones

Meningitis: tranquilidad y recomendaciones

abril 30, 2008

La subsecretaría de Salud informó que la provincia no muestra aumento de casos de meningitis en relación con años anteriores y difundió algunas medidas de prevención de la enfermedad.
Ante las inquietudes que surgen por los casos de meningitis en diferentes puntos del país, el Departamento de Epidemiología de la subsecretaría de Salud, informó que “en lo que va del año, la provincia no muestra un aumento de casos, en relación a los datos de años anteriores”.

Autoridades de la subsecretaría de Salud dijeron que quieren “llevar tranquilidad a la población residente en la provincia del Neuquén” y explicaron que esta patología es de “notificación obligatoria” según la Ley Nº 15.465. Por esa razón, existe un registro nacional que recibe las notificaciones, tanto de establecimientos sanitarios públicos como privados.

La enfermedad

Las meningitis es una enfermedad que produce inflamación en las membranas que recubren el cerebro. Los signos y síntomas clínicos principales son: dolor de cabeza intenso, fiebre alta, náuseas, vómitos, rigidez de cuello y espalda, y alteraciones del nivel de conciencia.

La mayoría de estos cuadros no son graves, pero requieren en general estudios de laboratorio e internación. En general, la enfermedad se presenta con casos esporádicos, pero también puede emerger en forma epidémica, es decir, varios casos concentrados en un grupo poblacional, en un mismo período temporal.

El tipo más común de inflamación meníngea es el producido por virus, y en menor medida, por bacterias, parásitos y hongos, entre otras causas. Generalmente, las meningitis virales suelen ser de menor gravedad, por lo que muchas veces se resuelven sin tratamiento. Las bacterianas, por su parte, pueden ser más graves e incluso pueden llegar a ocasionar la muerte o algún daño cerebral, aún con tratamiento inmediato.

La gravedad y evolución de la enfermedad no solo depende de los diferentes agentes involucrados, sino de múltiples factores tanto de nivel individual, como del grupo social de pertenencia.

Las vías de contagio varían según el agente infeccioso, aunque predominan las respiratorias y las digestivas. En cuanto a las primeras, se comparten las mismas medidas de prevención de las enfermedades típicas de la estación invernal (gripe, bronquiolitis, neumonía, etcétera); las segundas, conocidas como “meningitis enterovirales”, comparten las medidas de prevención con las diarreas, es decir que el contagio se produce por la vía fecal-oral.

La meningitis es una enfermedad que provoca preocupación a nivel institucional, familiar y comunitario, por el temor al contagio y a su gravedad, principalmente cuando afecta a los niños pequeños o a personas de mayor edad.

Desde el sector de epidemiología, reconocen que “un accionar oportuno sobre la enfermedad es primordial para lograr la consulta oportuna” y de esa manera, “mejorar las probabilidades de tratamiento y recuperación”.

Medidas de prevención y control

Las recomendaciones generales son:

-El cumplimiento del Calendario Nacional de Vacunación.

-Evitar el hacinamiento en la vivienda y en sitios laborales.

-No compartir vasos, utensilios, caramelos, toallas, chupetines, chupetes, etcétera.

-Limpieza domiciliaria diaria, para lograr las mejores condiciones de higiene posibles, poniendo especial énfasis en los pisos, baños y cocinas.

-Ventilación de los ambientes en forma diaria.

-Lavarse las manos a menudo con agua y jabón.

Las vacunas son medidas específicas, pero sólo para algunos agentes infecciosos que se pueden prevenir.

Ante casos en instituciones cerradas (escuelas, cárceles, etcétera), es necesario realizar una evaluación pormenorizada del establecimiento, junto con la autoridad sanitaria correspondiente. Esto se debe a que pueden existir situaciones diferentes, determinadas por el agente infeccioso, el tipo de relaciones interpersonales que se desarrollan y el contexto particular en el que ocurre.

También existen recomendaciones particulares para ciertos casos de meningitis bacteriana, en las que los contactos domésticos y las personas cercanas al paciente deben recibir medicación específica, evitando de esta manera, el contagio y la propagación de la enfermedad.