mayo 13, 2008
La obra multipropósito será ejecutada a partir de la inversión privada y permitirá atenuar las crecidas, garantizar el recurso hídrico para el consumo humano, la industria y generar energía eléctrica.
El coordinador de la Unidad de Gestión Chihuido I y II y actual presidente de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), Elías Sapag, informó que en un plazo de 30 días el gobierno provincial realizará el llamado a un registro de oferentes para ejecutar el proyecto ejecutivo de la obra Chuhuido I, que permitirá atenuar las crecidas, garantizar el recurso hídrico y generar energía eléctrica.
El funcionario explicó que el proyecto Chihuido I se ubicará sobre el río Neuquén, aproximadamente cinco kilómetros aguas abajo de la desembocadura del río Agrio. Tendrá una cota máxima de 625 metros sobre el nivel del mar “que llegaría hasta Bajada del Agrio, no va a inundar la comunidad, aunque sí quedarían bajo agua los poblados de Quili Malal, Agrio del Medio y Villa del Agrio, que está debajo del puente de la ex ruta 40″, indicó.
Dijo que los lugares que se verán afectados por el agua serán reubicados y añadió que “esta fue una decisión trabajada por el Gobierno de la provincia del Neuquén, la Unidad de Gestión de Chihuido, conjuntamente con Nación y los pobladores”. En este sentido indicó que el traslado de la comunidad de Quili Malal se efectuará cuatro kilómetros hacia el sur desde donde se encuentra ubicada actualmente.
Chihuido I demandará una superficie de 17 mil hectáreas, está planificada para una potencia de 480 megawatts y una generación de 1800 gigawatts por hora de energía. El cálculo financiero estima “que podría alcanzar entre los 900 y los 1000 millones de dólares de inversión privada”, explicó.
“No es una obra pública por lo que ni los gobiernos nacional ni provincial aportarán fondos”, aclaró el funcionario y destacó que la presa quedará en manos de la provincia “y será Neuquén quien licite, adjudique, controle y supervise los procesos en colaboración con la Nación, para lo cual se firmará un convenio previo”.
La ejecución de la obra comprende la construcción de la línea de interconexión de la presa “con la que se está por construir entre el Comahue y Cuyo”, además de la creación de caminos desde Zapala a la presa y desde allí a Quili Malal y Bajada del Agrio. También incluye un puente que partiría desde Chihuido para unir la margen derecha e izquierda y un puente en Bajada del Agrio para comunicar a la localidad de Las Lajas, “aparte de la expropiación de las tierras y la reubicación del nuevo pueblo de Quili Malal”. Agregó que hay muchas empresas interesadas en llevar adelante la construcción.
La convocatoria del registro de oferentes apunta a la construcción, financiamiento, mantenimiento y operación del proyecto multipropósito “conformado por una obra que aportará seguridad para la vida y los bienes de los habitantes que se encuentran aguas abajo, ya que regulará el caudal del río Neuquén”, indicó Elías Sapag.
Asimismo, dijo, “garantizará el servicio de agua para el riego, la vida y la industria habida cuenta del lago que se formaría, también operaría sobre la regulación propia del río y generaría energía”.
De cara a las gestiones, informó que el gobierno provincial “está tramitando un acuerdo con Nación para la compra de energía a un valor de energía plus”. Además se negocian las exenciones impositivas para la importación de maquinarias y turbinas, una diferenciación en el IVA, “y se pondrán en juego las regalías que tiene la provincia del Neuquén en este emprendimiento y las garantías que deberá aplicar la Nación en caso del financiamiento para la empresa que se vaya a definir”.
La primera instancia es la convocatoria de empresas oferentes que serán calificadas de acuerdo a su capacidad técnica, económica y el historial en los últimos años construyendo presas. A partir de allí, las que queden calificadas accederán a la segunda parte del pliego “que alude a los términos de referencia, donde se explicita la altura de la presa, la potencia, la reubicación del pueblo y otros aspectos ejecutivos”, detalló.
Una vez culminados los plazos de adjudicación, “el proyecto Chihuido I demandará entre tres y cuatro años de construcción”, en tanto el plazo de concesión depende del retorno de la inversión. “Como en este caso no hay inversiones de la provincia y la Nación, la empresa persigue el retorno cuya principal ecuación está determinada por la energía eléctrica generada”, explicó el funcionario.
El contrato de energía estará basado en dólares de energía plus “donde se van a fijar las pautas que pueden ser de pura potencia o potencia y energía eléctrica sobre la que se va a basar el precio de la energía”, especificó.