Discurso del gobernador Jorge Sapag en la visita a la Planta de Procesamiento de Fibras en Zapala. Miércoles 8 de abril de 2015.

Quiero agradecer al lonco de la comunidad Namuncurá, Luis, marí marí peñi marí marí lonco; a Luis Luna, a Fabio Castillo también de la Asociación de Fomento Rural, a Fabían Zuñiga, a Celedonio Miranda.

Quiero agradecer la presencia del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) en las personas de Héctor Tadeo y de Mauro Sarasola. Quiero también agradecer la presencia de Jorge Reynals, director general del INTA Patagonia Norte; de Agustín Pérez de la Unidad para el Cambio Rural; y de todos los funcionarios provinciales.

Esto es un sueño compartido, esto ha sido un trabajo como decía Leandro (Bertoya, ministro de Desarrollo Territorial) comunitario y colectivo, enfrentando la adversidad y enfrentando también los grandes desafíos. Recién hablábamos con Cesárea Reuque, del paraje Las Cortaderas, y ella me decía que con su tejido, hilando, con el producto de su esfuerzo y de su trabajo crió a sus cinco hijos sin golpearle la puerta a nadie y sin estar pidiendo limosna, sino con la dignidad de su esfuerzo, de su trabajo y de su valentía, que es la valentía de todos y cada uno de los campesinos aquí presentes.

Hombres y mujeres de coraje, tanto en comunidades criollas o como en comunidades mapuche; trabajando con esfuerzo, como lo hicieron siempre, venciendo todas las adversidades, tantas veces en soledad, tantas veces pensando que solamente la ayuda de Dios y de los seres queridos era lo que les permitía vencer todas las adversidades, solos. Por eso este esfuerzo cooperativo, colectivo; este esfuerzo que tiene que ver con una provincia que quiere cambiar su destino.

Hace 50 años, siempre cito al discurso de Felipe Sapag cuando en 1963 asumió como gobernador, asumía una provincia pobre, abandonada, una provincia que casi casi era un territorio nacional de una Patagonia que estaba lejos de todos los centros de poder, y tenía en la vida rural la imposibilidad de acceder a la educación o la salud. Por eso yo felicito y realmente me enorgullezco de estar delante de todos ustedes, que de distintos lugares de la zona centro de la provincia de Neuquén están hoy de pie, con sus piños, con sus majadas, con sus rebaños, con sus haciendas, trabajando con esfuerzo, con dedicación, cariño y mucha pasión.

Por eso como provincia queremos estar cerca y lo hicimos durante las emergencias. Esta Unidad para el Cambio Rural también en el marco del Proderpa, en el marco de las emergencias, de los comités de emergencia rural, los comités locales, se procuraron reuniones de trabajo donde se fue consensuando, con discusiones ásperas y con seguramente desencuentros y con posturas distintas. Así es la democracia, siempre digo que el conflicto forma parte de la naturaleza humana. Cómo no vamos a tener conflictos si permanentemente estamos venciendo adversidades. En esa lucha contra las adversidades, contra la naturaleza, contra las sequías, contra el corrimiento de las vertientes por los terremotos o con la falta de agua o la falta de pasturas viene el esfuerzo conjunto: Nación, Provincia, productores rurales.

Por eso me siento orgulloso, y me siento orgulloso que estas paredes que son el sostén de este galpón sean piedras de basalto de nuestra región, una piedra tantas veces olvidada, dejada de lado y es una pieza excelente de construcción, que cuando el albañil encuentra la ubicación y el canto apropiado se convierte en lo que aquí tenemos: una pared que va a vencer el tiempo, es una pared a perpetuidad, estas paredes las van a ver por decenas de años y por lustros mucha generaciones de zapalinos.

Me siento orgullo que estas paredes alberguen tecnología moderna, tecnología que multiplica el trabajo de ustedes, lo multiplica por 7 u 8 veces y si terminamos una pieza de estas característica mucho más. Esto está organizado en forma cooperativa, acá no hay una empresa que va a lucrar con el trabajo del productor, van a ser los mismos productores asociados que van a poder multiplicar ese valor hecho en Chos Malal y Zapala. Esta maquinaria que se trajo desde Canadá, asesorados convenientemente por el INTA, van a ser herramientas que van a permitir trabajar con dignidad. Como decía doña Cesárea, poder mejorar desde el telar el producto que permite llevar el pan digno a la mesa del hogar de cada uno de ustedes.

Me siento orgulloso de esta reunión, de cada uno de ustedes. Cuando recorro la provincia y veo a lo lejos una casa, una vivienda en una zona rural, con el fuego prendido, con árboles, con el piño o la majada, o el hombre de a caballo cuidando el rebaño me siento auténticamente neuquino, me siento orgulloso de esta tierra que pisamos, de esta tierra de progreso y de porvenir, por ustedes, por sus hijos y por sus nietos.

Los felicito por este desafío, de 350 productores que aceptan los signos de los tiempos de utilizar esta tecnología para mejorar sus productos y seguir trabajando por la calidad de vida de cada una de sus familias, para poder cumplir el plan de vida de cada uno.

Queridos amigos, los felicito, los insto a seguir trabajando en este camino. Y ojalá con nuevas tecnologías, con nuevos trabajos y trabajando así en forma asociativa podamos lograr los objetivos que soñaron los pioneros, soñaron sus abuelos, sus bisabuelos cuando iniciaron la tarea en cada uno de los puestos que ustedes ocupan. Y donde asientan con su presencia la verdadera autonomía provincial y la verdadera soberanía de un país como Argentina, que definitivamente tiene que ser una nueva y gloriosa Nación. Muchísimas gracias a todos y cada uno de ustedes.