Discurso del gobernador Jorge Sapag en la reinauguración del cine teatro Español. Neuquén capital. 3 de mayo de 2013.

Es un honor estar hoy con todos ustedes reinaugurando este cine teatro. Como decía Ricardo (López, presidente de la Asociación Española), un patrimonio cultural de la ciudad, por supuesto que desde el punto de vista legal patrimonio de la Asociación Española, pero desde el punto de vista de los sentimientos, de la pertenencia, del arraigo, es de todos los neuquinos.

Quiero agradecer la presencia de todos ustedes, quiero agradecer también a la orquesta, agradecer a esta orquesta neuquina haber podido disfrutar como primer evento cultural los acordes de los instrumentos dirigidos por Andrés (Tolcachir), les prometemos que vamos a practicar el himno provincial al son de los acordes musicales. Agradecerle a la Banda Fina también, la interpretación del himno de España. Agradecerle a la Fundación del banco y a todos sus trabajadores. Gracias Pablo (Bongiovani, presidente de la Fundación BPN) por el esfuerzo realizado en conjunto con la asociación, lo que demuestra que cuando se trabaja en equipo se pueden lograr estos resultados.

Agradeciendo también en la persona de Ana (Pechen) a la Legislatura de la provincia por el aporte económico para este evento. El dinero aportado fue en gran parte y en la mayor parte por la Asociación Española, la Fundación del banco, la Legislatura y también el Instituto Nacional de Cinematografía, aportando equipos para que este día sea posible.

Pablo, en tu persona quiero agradecer también esta iniciativa de poner en valor lo que los neuquinos tenemos y que muchas veces está dormido y necesitamos despertarlo con acciones que salen de la inteligencia de las palabras, pero fundamentalmente salen del corazón.

Yo digo que cuando uno puede conciliar lo que piensa con lo que habla y con lo que siente, es el momento de la armonía, es el momento del equilibrio, es el momento en que se conjugan los astros del universo y es posible participar todos juntos de un hecho histórico para la ciudad de Neuquén y para la provincia.

Quiero también decirles que es un homenaje, después de 104 años, a aquellos españoles, inmigrantes, visionarios, pioneros; que con esos valores, de los primeros pobladores, de los primeros habitantes, hicieron posible este sueño. Quién iba a imaginar que después de 104 años, en una ciudad que tenía apenas quizás mil habitantes, íbamos a estar hoy después de 104 años celebrando este momento; y ellos lo visualizaron, ellos lo imaginaron. Seguramente ellos tuvieron otras contrariedades, otras adversidades, otros problemas; tiempos de grandes soledades, de inmensos silencios, pero estaban perfectamente comunicados en su inteligencia con sus palabras, con su corazón, porque sabían lo que querían.

Y ese mensaje que nos viene desde el fondo de la historia de todos los pioneros que hicieron posible esta gran provincia, esta gran Patagonia, hoy retumba en este recinto. Y yo quiero, Ricardo, que ese ladrillo que calentó tu padre en la cocina (…), como lo hicieron tantas veces nuestros abuelos y nuestros padres para calentar sus panzas, sus pies, sus corazones; que ese ladrillo sea el emblema que hoy levantemos y que este calor de ese ladrillo se trasmita a nuestros corazones, a nuestra alma, para que podamos hacer posible que a partir de este momento histórico de esta reinauguración, este lugar, este recinto, se llene con la calidez y con todo el valor cultural de cada uno de los eventos que aquí se representen: el cine, el teatro, la música, todo tipo de representación que permita acercar la cultura a cada uno de los habitantes de esta querida ciudad y de nuestra querida provincia.

Hacer como tantas veces hemos hablado con Pablo, que la cultura sea un patrimonio popular, que la cultura llegue a cada uno de los barrios de nuestra ciudad, a cada uno de los habitantes de nuestra provincia.

Muchas gracias, Ricardo, en tu persona, y también a Félix (Giménez) por estos 35 años de esfuerzo, de sacrificio, de compromiso y de militancia social. Un militante que estuvo 35 años al frente de una asociación dedicándole su tiempo, tiempo que seguramente lo ha quitado a sus familiares, a sus seres queridos, a sus actividades. A ustedes, a la Asociación Española, agradecerles en este tiempo que hayan tomado este emblema que han dejado los fundadores de la Asociación Española y lo tengan presente y siempre en pie.

Y que este ladrillo caliente esté permanentemente en nuestros corazones y que lo levantemos bien en alto para decir que aquí hay una provincia que quiere mejorar la calidad de todo lo que hace, que quiere mejorar la sociedad en la que vivimos para hacerla más justa, más digna, más digna de ser vivida, más equilibrada y por supuesto, más pacífica. Muchísimas gracias.