Entregaron viviendas en comunidades rurales

Entregaron viviendas en comunidades rurales

mayo 4, 2009

Se ubican en Ruca Choroi, Carri Lil, Poi Pucon, Quillen, Lonco Luan y Moquehue.

El subsecretario de Vivienda, Herminio Balda recorrió la semana pasada los parajes Ruca Choroi, Carri Lil, Poi Pucon, Quillen, Lonco Luan y Moquehue para entregar viviendas correspondientes al Subprograma Federal Rurales y Aborígenes.

Aluminé.- El ministerio de Hacienda, Obras y Servicios Públicos, a través de la subsecretaría de Vivienda a cargo de Herminio Balda, entregó la semana pasada diez viviendas correspondientes al Subprograma Federal Rurales y Aborígenes ubicadas en los parajes Ruca Choroi, Carri Lil, Poi Pucon, Quillen, Lonco Luan y Moquehue (zona rural).

Las viviendas se entregaron a beneficiarios de las comunidades mapuches Aigo, Tallin Rakizuan, Currumil y Catalán. Luego del recorrido, el subsecretario explicó que a medida que la Agencia de Desarrollo Urbano Sustentable (ADUS) finaliza la construcción de las casas, se realiza la entrega de la documentación de tenencia y de la llave a los titulares de las mismas.

Aseguró que “este programa se hace con mucho esfuerzo”, debido a la distancia y los lugares de difícil acceso en los que habitan algunos miembros de las comunidades mapuches.

“En total hemos entregado diez unidades habitacionales además de las que siguen en construcción”, informó el funcionario y agregó que “es una satisfacción en estos lugares tan apartados poder cumplir con estos programas que tenemos preestablecidos”.

Remarcó que la tarea en estas zonas requiere “mucha dedicación por parte de los empleados que trabajan en este programa que no tienen horario, las distancias son muy grandes, los lugares son de difícil acceso, pero lo hacen con tanto esfuerzo y con tanto cariño que verdaderamente uno se siente orgulloso de poder entregar cada unidad habitacional”.

En este sentido, destacó que la emoción de la gente al recibir la llave y la documentación de las viviendas, “nos llena de energía y de fuerza para seguir trabajando”. Además se les hace entrega a cada una de las familias de los textos correspondientes al programa “Casas y Libros” instrumentado desde Nación.

Indicó que un aspecto importante en este programa de construcción de viviendas es la colaboración de las comunidades. “Nosotros sabemos que las necesidades son muchas, pero no podemos llegar con todas las soluciones de acuerdo a los requerimientos que ellos tienen”, sin embargo, remarcó que “tienen la paciencia suficiente para empezar, para ayudarnos a buscar la manera de solucionar los problemas y nos sentimos acompañados”.

Balda indicó que este año el clima fue excepcionalmente bueno, por lo que se seguirá trabajando en la cordillera al menos un mes más y luego se retomarán las actividades en el mes de septiembre. “Estamos acopiando materiales en distintos lugares para poder continuar y llevar las soluciones a la gente”, dijo.

Las comunidades

El lonco de la comunidad Aigo, Ricardo Peña, indicó que la demanda de viviendas por parte de la comunidad es grande, por lo que se busca colaborar en la instrumentación del programa involucrando a la gente. “Cada beneficiario ha tratado de colaborar llevando un viaje de arena o un viaje de ripio o ayudar a hacer una picada” para acceder a los lugares en los que hay que construir las viviendas, dijo.

La comunidad Aigo cuenta con más de mil miembros dispersos entre los parajes Ruca Choroi y Carri Lil. Peña aseguró que por esto, la demanda habitacional es grande “por lo que seguiremos trabajando, tengo la responsabilidad de seguir gestionando y en lo que podamos colaborar, también lo vamos a hacer”.

Por su parte, el lonco Pedro Morales de la comunidad Currumil, agradeció la tarea que lleva adelante el equipo de la Unidad Ejecutora de Programas Rurales e Indígenas a cargo de María Cristina Búffolo y al subsecretario del área. “Este es un programa que fue muy bueno para la comunidad Currumil porque nos permite continuar con el tema de la vivienda que se nos hace muy difícil y muy complicado”, indicó.

Morales destacó que como comunidad “nos sentimos parte” del programa, dado que ellos desde el consejo realizan las gestiones necesarias y el equipo de trabajo de la ADUS gestiona los fondos para llevar adelante los trabajos.

Ambos coincidieron en subrayar la importancia de que un programa de estas características siga adelante.
El programa

Debido a las características propias de localización geográfica, identidad cultural, social, laboral y económica de los pobladores de las comunidades indígenas y zonas rurales del interior provincial se aplican metodologías de trabajo específicas que incluyen estos aspectos, con el fin de solucionar la problemática habitacional de esta franja de la sociedad, afianzando el arraigo de estos pobladores en sus lugares de desarrollo y origen.

La vivienda a la familia Pillao de la comunidad Aigo que se entregó este mediodía constituye un ejemplo de este procedimeinto, dado que se encuentra emplazada en lo alto de una montaña rodeada por un bosque de araucarias. El camino de acceso es una huella de difícil acceso, por lo que el personal de la agencia debió acarrear los materiales por etapas y mediante relevos.

En la búsqueda de alternativas que comprendan estos aspectos la Unidad Ejecutora de Programas Rurales e Indígenas instrumenta estos programas a través del denominado “Sistema de Administración”, que permite brindar soluciones habitacionales y al mismo tiempo generar empleo en el lugar, permitiendo que los pobladores obtengan un beneficio económico y capacitación de los mismos en rubros de la construcción.

Actualmente se instrumentan como parte del Programa Federal de Solidaridad Habitacional, el Subprograma Federal de Viviendas para Aborígenes (I Etapa) y el Subprograma Federal de Viviendas Rurales (I Etapa).

Las casas

Los prototipos de viviendas que se construyen varían de acuerdo con las características geográficas y climáticas del lugar de las mismas y del grupo familiar beneficiario.

En esta oportunidad, el modelo utilizado comprende su ejecución con materiales tradicionales: Platea de hormigón armado con malla, mampostería de ladrillo cerámico, estructura resistente de columnas y encadenados de hormigón armado, revestimiento cerámico en cocina y baño, cubierta de techo de chapa de zinc con tirantería y cielo raso de madera, aberturas en aluminio, revoque grueso y fino interior y exterior, pintura látex interior e impermeabilizante tipo membrana elástica exterior, instalaciones de agua y electricidad por muros exterior.

Por las características climáticas de la zona (predominan los vientos) se ejecutan las cubiertas de techo con poco alero.

Los habitantes de la zona coincidieron en destacar el trabajo que se realizó para que pudieran tener sus viviendas, dado que la mayoría de ellos pudo seguir de cerca la obra y algunos hasta colaboraron con los técnicos y albañiles.

Patricia Sepúlveda, de la zona rural de Moquehue, aseguró que con su esposo estuvieron pendientes de la construcción y destacó que había albañiles trabajando “desde las 7 de la mañana hasta pasadas las 9 de la noche”, por lo que “en algo más de un mes finalizaron la casa”.