Medidas de higiene y cuidado para prevenir la diarrea

Las diarreas se presentan durante todo el año, aunque en los meses calurosos aumenta el riesgo de padecerlas. Es importante implementar las medidas de higiene adecuadas y ser cuidadosos con la manipulación y la conservación de los alimentos.

Las enfermedades diarreicas son un trastorno común que afecta el sistema digestivo y suelen ser causadas por la falta de higiene y el consumo de agua y alimentos contaminados. Las diarreas se caracterizan por evacuaciones intestinales líquidas y frecuentes, entre tres o más veces al día, y pueden provocar deshidratación y afectan especialmente a niños y niñas pequeños.

Para prevenir estos cuadros, que se dan con frecuencia en el verano, el ministerio de Salud de la Provincia recomendó adoptar hábitos de higiene como el lavado correcto de las manos con agua y jabón después del trabajo o de ir al baño, antes de cocinar y antes de servir los alimentos y de consumirlos. Si no se cuenta con agua potable, es necesario hervir el agua durante cinco minutos o agregarle dos gotas de lavandina por litro de agua antes de utilizarla para tomar o cocinar.

Por otro lado, para prevenir las diarreas cuando se manipulan alimentos, se recomienda lavar muy bien frutas y verduras; no utilizar los mismos cubiertos de cocina para procesar alimentos crudos y cocidos; cocinar bien los alimentos y una vez cocidos conservarlos en la heladera. Si es necesario descongelar un alimento, esto debe hacerse dentro de la heladera, nunca a temperatura ambiente; seleccionar alimentos debidamente rotulados y consumirlos o adquirirlos en establecimientos habilitados.

Si bien las diarreas generalmente se resuelven por sí mismas con el correr de los días, durante ese período es importante tomar agua segura; evitar bebidas con cafeína y alcohol; consumir alimentos de fácil digestión; evitar alimentos grasos, picantes o muy condimentados; descansar y evitar actividades extenuantes.

Si la diarrea dura más de 48 horas, si hay sangre en las heces o si se presentan síntomas preocupantes como decaimiento, evacuaciones frecuentes y líquidas, dolor abdominal, sangrado en la materia fecal, pérdida de apetito, fatiga, debilidad y, en algunos casos fiebre, es importante hacer una consulta médica y evitar automedicarse.