El Hospital Provincial Neuquén “Dr. Eduardo Castro Rendón” estableció un nuevo hito en su larga trayectoria al convertirse en el primer efector que realiza un trasplante de una donante viva sin relación sanguínea con el receptor del órgano. La cirugía se concretó el pasado 11 de diciembre y consistió en el implante de un riñón donado por la ex cuñada de un paciente con enfermedad renal terminal.
Diego, de 51 años, nació en Entre Ríos y vive en la zona. Es enfermero y perfusionista del hospital desde hace 9 años y fue quien recibió el riñón. “Tengo la enfermedad hace más de 20 años. Desde hace 4 años estoy en diálisis y supe hace tres años y medio que tenía que trasplantarme”, informó.
Cuando su entorno familiar se enteró de esa situación, la primera que le ofreció su riñón fue Gisella, su ex cuñada. “Salió todo muy natural –afirmó-. Nos conocemos hace más de 20 años: yo estaba casado con su hermana y mi hija es su ahijada; me siento parte de la familia. Fue muy lindo y natural. Cuando me ofreció, acepté enseguida”.
A pesar de lo complicado que era el panorama, Diego mantuvo una actitud positiva: “Siempre estuve convencido que de los riñones no me voy a morir. El espíritu siempre lo tuve en alta. Si hay un riñón que hubiese querido recibir, era el de ella. Así tenía que ser”, opinó.
Agregó: “Cuando el trasplante es de donante vivo la cirugía es mucho más sencilla, el riñón implantado comienza a funcionar más fácil, yo estaba muy tranquilo y a ella la vi tranquila también. Es un proceso que fue bien hecho: empezamos en abril con muchos pasos, el equipo del hospital fue increíble como trabajó, había muy buena onda de todos”.
Para Diego no hay palabras para describir lo vivido. “Pienso en la situación y pienso que ella se sacó un riñón para mí. Cada vez que le mando mensaje le digo `hermanita del corazón y del riñón`. No es fácil cuando uno necesita un órgano. Tuve dos o tres ofrecimientos, quiero decirles para los que pueden ser donantes que pregunten a la persona que lo necesita, no tengan miedo, no es necesario ser familiar de sangre para donar un riñón en vida”.
Gisella tiene 47 años, es de Cinco Saltos, se dedica a la pastelería y es la otra protagonista de esta historia que funde altruismo, amor y bondad. “Para mí fue como ir a donar sangre. De hecho, a mis hijos se los hice ver así, para que no tuvieran miedo. No miré el riesgo que puede tener una cirugía si no el beneficio que le iba a provocar a él, porque se puede vivir bien con un solo riñón. Tomé la decisión sin consultar a mi familia y solo les dije lo que iba a hacer”.
“Si bien no somos familiares de sangre, Diego es mi familia, es el papá de mi sobrina y eso lo convierte en un familiar mío, ¿cómo no voy a ayudarlo?”, se preguntó Gisella.
Instó a la gente a informarse sobre este tema. “Creo que muchos no donan por miedo, porque creen que después de la cirugía van a tener alguna complicación, que la vida va a cambiar, pero la rutina va a seguir siendo la misma. Tienen que animarse a preguntar, la recuperación no es difícil y es muy rápida”.
Tanto Diego como Gisella coincidieron en que el equipo de salud del HPN “fue increíble antes, durante y después de la intervención”.
“Siempre dije que el mejor lugar para trabajar es en este hospital, sobre todo en lo humano y lo comprobé, lo comprobamos, más allá de que nuestro proceso médico fue muy satisfactorio, el proceso de atención psicológica también lo fue” afirmó Diego. Por su parte Gisella indicó que “las enfermeras, los médicos, venían todos los días a ver cómo estábamos”.
Trabajo en equipo
Matías Melideo es el jefe de la Unidad de Trasplante Renal del Servicio de Nefrología y fue quien coordinó, junto con el equipo de salud, el proceso. “El trasplante se concretó el lunes 11 de diciembre, fue a un paciente que estaba en diálisis peritoneal hace cuatro años por una enfermedad llamada poliquistosis renal. Es una enfermedad que se transmite entre familiares, tiene una descendencia genética, generalmente muchos miembros de la familia están afectados y por eso es más difícil encontrar donantes en vida dentro del grupo familiar”, comentó el especialista.
“En este caso, Diego estaba en la lista de espera, aparecía en un ranking lejano y con pocas chances de recibir un riñón. Se presentó Gisella y se ofreció como donante. Tiene mucho afecto por él y quería ayudarlo”, dijo Melideo. “Pasó todo el proceso escalonado donde se hizo el chequeo y que sus riñones funcionen bien para tener el apto clínico, también de infectología, la compatibilidad que se hace en el Laboratorio Central de Salud, se repitió en varias oportunidades y daba que se podía hacer el trasplante”.
Además –agregó- “la parte médica estaba completa y debimos iniciar el proceso judicial, dado que la ley establece que más allá del cuarto grado de consanguinidad se necesita ser autorizado el trasplante por no ser parientes de sangre”.
En la evaluación pre trasplante trabajaron distintas áreas tales como Laboratorio, Bacteriología, Hemoterapia, el equipo Psicosocial, Imágenes, Cardiología, Infectología, Genética, Laboratorio Central, mientras que en la cirugía lo hicieron el Equipo Quirúrgico de trasplante (Cirujanos, Anestesiólogos e instrumentadoras quirúrgicas y Enfermería).
El cuidado del post operatorio se llevó a cabo en la Unidad Cardio Renal por el equipo médico y de Enfermería. Además, el receptor requiere una preparación y prescripción de fármacos muy específica que se coordina con el Servicio de Farmacia. Todo el equipo administrativo, de traslado y auxiliares fue elemental en todas las etapas.
La importancia de ser un hospital donante
En el 2023 el HPN realizó 24 trasplantes, observado un aumento dado que el año anterior realizó 16. “Hemos aumentado la lista de espera; el equipo tiene más experiencia para hacer trasplantes más complejos y de todos los pacientes que hemos trasplantado ninguno ha requerido diálisis”, resaltó Melideo.
El HPN es un hospital donante: entiende que la importancia de la procuración de órganos y tejidos es una responsabilidad de todo el equipo de salud el cual se encuentra capacitado y fuertemente comprometido para participar y colaborar con todo el proceso.
Así mismo, cuenta con una Unidad Hospitalaria de Procuración de Órganos y Tejidos (UHPROT) en el marco del Programa Procurar del INCUCAI (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante) que garantiza las etapas del proceso de detección y donación como también las acciones de comunicación y formación en los equipos de salud de todas las áreas.