Conociendo el Sistema Nacional de Transporte de Petróleo

Actualmente la actividad hidrocarburífera es una de las principales en la provincia de Neuquén. Por eso, como cada 29 de octubre, desde el ministerio de Energía y Recursos Naturales, a través de la subsecretaría de Energía, Minería e Hidrocarburos; destacamos los aspectos y actores que han llevado a consolidar la actividad en todos estos años, y uno de esos aspectos el Sistema Nacional de Transporte de Petróleo.

La palabra petróleo deriva etimológicamente del vocablo latino petrolĕum, que significa «aceite de roca». Desde el punto de vista geológico es un mineral del tipo líquido, por el estado en el que se encuentra usualmente.

El transporte de petróleo se realiza a través de cañerías de grandes dimensiones denominadas oleoductos, que conducen el crudo por las diferencias de presión que existen entre dos puntas del mismo.

Los ductos trasladan el producto para su industrialización a las destilerías, donde se obtienen distintos subproductos o derivados (nafta, gasoil, lubricantes, kerosene, entre otros). Finalizada esta etapa, se inicia el proceso de comercialización.

En 1947 se concretó la construcción del primer oleoducto de 14 pulgadas de diámetro, que a lo largo de 625 kilómetros uniría la cabecera del yacimiento Challacó en Neuquén, con Puerto Rosales en cercanías de la ciudad de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. Finalmente, luego de 14 años se inauguraría.

En la actualidad, el Sistema de Transporte Nacional de petróleo está conformado por cinco oleoductos troncales que envían el crudo neuquino hacia distintos puntos del país. Varía la capacidad de transporte, los kilómetros y también las pulgadas. En el caso de necesitar extender las caños, se agregan loops, que básicamente son los caños paralelos que se instalan y se suman a la red para aumentar la capacidad.

Desde el yacimiento Puesto Hernández, ubicado a 23 kilómetros de Rincón de los Sauces, comienza el trazado de dos oleoductos que tienen recorridos diferentes:

Uno de los oleoductos comienza en Puerto Hernández, pasa por el yacimiento Medanito en Río Negro y finaliza su recorrido en Allen (Río Negro) durante 240 kilómetros. Tiene una capacidad máxima de transporte de 24.000 metros cúbicos diarios en el tramo Lago Pellegrini – Allen.

El otro oleoducto que empieza desde el yacimiento neuquino, envía petróleo a la Refinería de Luján de Cuyo ubicada en la provincia de Mendoza. Tiene una longitud de 530 kilómetros y una capacidad máxima de transportar 13.000 metros cúbicos diarios de crudo.

Mientras que desde el paraje Challacó, donde se descubrió petróleo en 1941,  otro ducto conecta con la ciudad de Centenario y finaliza el recorrido en Allen durante 112,5 kilómetros. Tiene una capacidad máxima de transporte de 5.700 metros cúbicos diarios.

Desde Allen también se transporta crudo neuquino hasta Puerto Rosales ubicado en Buenos Aires durante 513 kilómetros. La capacidad de transporte es de 26.000 metros cúbicos diarios sin polímero, y 36.000 metros cúbicos diarios con polímero. Los denominados polímeros son químicos que permiten transportar mayor cantidad de volumen de petróleo.

Y por último, el oleoducto Loma Campana – Pellegrini que fue inaugurado hace más de un año, tiene la capacidad de enviar hasta 25 mil metros cúbicos diarios.

Es importante mencionar, que a los ductos y a todos sus componentes (ya sea estaciones de bombeo, tanques de almacenamiento, cañerías, etc.), se les realiza su respectivo mantenimiento y control de integridad, contemplado bajo la Resolución Nacional de la SE 120-E/2017. Las tareas más importantes que se llevan adelante consisten en recorrer trazas, control de protecciones anticorrosivas, pasajes de herramientas inteligentes, entre otras.

Descubrimiento del Petróleo

El 29 de octubre de 1918 un grupo de hombres logró el primer hito en la extensa historia energética de la Provincia del Neuquén al extraer petróleo del Pozo N°1 en la ciudad de Plaza Huincul. El equipo perforador, bautizado “Patria”, había llegado tres años antes por ferrocarril y, para operarlo, fue necesario que las autoridades del entonces Territorio del Neuquén facilitasen 30 presos dada la escasez de mano de obra para los trabajos iniciales.

La perforación del Pozo Nº 1 comenzó en febrero de 1916. Estuvo a cargo del Ing. Enrique Cánepa, de la Dirección General de Minas, Geología e Hidrología de la Nación. Alcanzar el horizonte petrolífero entre los 603 y 606 metros demandó 20 meses de arduo trabajo. A partir del descubrimiento, el Poder Ejecutivo Nacional estableció como zona de reserva del Estado al área comprendida por un octógono de 5 km de radio, tomando como centro al Pozo “Patria”. Este pozo descubridor alcanzó una profundidad final de 1.060 metros (con fines de estudio), costó 110.000 pesos de la época, produjo 12.655 litros de petróleo al año 1918 y marcó un punto de inflexión en la historia neuquina.