Un ejemplar juvenil de cóndor andino que había sido rescatado por el guardaparque y un guardafauna del área naturales provincial Domuyo, en el norte neuquino, fue traslado en un operativo sin precedentes hasta un centro de recuperación en San Carlos, Mendoza, adonde permanecerá aislado durante un mes, previo a iniciar el proceso de rehabilitación para saber si podrá volar nuevamente.
“Bella”, según la designó el hijo de uno de los rescatistas, fue encontrada el pasado 8 de mayo por el guardaparque del Área Natural Protegida Domuyo Daniel Castillo y el guardafauna de la Regional Norte de Varvarco Martín Muñoz en el Cajón del Covunco. No podía volar y se desplazaba dando saltos. Los estudios a los cuales fue sometida por un veterinario de Las Ovejas que se trasladó especialmente hasta Varvarco para tratar al espécimen determinaron que había sufrido una doble fractura del ala izquierda.
Tras rescatarla, la tuvieron unos días resguardada en Varvarco mientras buscaban la mejor opción para su rehabilitación. En cuarentena esa tarea no fue nada fácil: había que pensar en las mejores alternativas para el ejemplar, pero teniendo en cuenta las restricciones de circulación vigentes a causa de la pandemia de coronavirus.
Lucía Redondo, desde la coordinación de Áreas Naturales Protegidas y Recursos Faunísticos, explicó que se trató de un trabajo conjunto entre la secretaría de Desarrollo Territorial y Ambiente y la Secretaría de Recursos Naturales de Mendoza, a través del área de Fauna de la provincia y la fundación Bioandina, encargada de llevar adelante el Plan Integral para la Conservación del Cóndor Andino en el país. Destacó especialmente la labor de los rescatistas y de las biólogas Luciana Piudo y Mariana Aubone que se desempeñan en el Centro de Ecología Aplicada del Neuquén.
El viernes 22 de mayo, Día Internacional de la Biodiversidad Biológica, un equipo neuquino trasladó el ave hasta el puente sobre el río Barrancas adonde se realizó el traspaso al equipo mendocino que tuvo a su cargo el traslado de “Bella” hasta el centro de rescate y cría en aislamiento humano de cóndor andino en la localidad de San Carlos.
“Durante un mes va a estar allí sin contacto humano. Todo se hará a través de un vidrio espejado para no `improntarla`”, informó Redondo. “Es pichona. Sabemos que puede planear. Ahora hay que ver si podrá volar. Al cabo de este mes empezará el proceso de recuperación. Si logra volar volverá a la Provincia y será puesta en libertad en el mismo lugar del que se la rescató: Domuyo”.
El cóndor andino (Vultur gryphus) es el ave voladora más grande del mundo, pertenece al orden Falconiformes y a la familia de los Catártidos. Es considerada una especie protegida. El año pasado la Provincia expresó su adhesión a una iniciativa de la Fundación Bioandina en pos de evitar el uso de cebos tóxicos que constituyen una amenaza para esta y otras especies.