Con la presencia del rector Pablo Rovito y autoridades del INCAA de Nación, el próximo 27 de marzo a las 19 será formalmente inaugurada la sede Norpatagonia de la Escuela Nacional Experimental y de Realización Cinematográfica (ENERC). La actividad se llevará a cabo en su futura sede en el centro cultural CO.TES.MA (salón Amankay).
Con la inauguración también comenzará el dictado de clases, con alumnos provenientes de San Martín de los Andes, Neuquén capital y de la provincia de Río Negro, quienes tuvieron que pasar dos instancias de exámenes previas.
El acto de apertura será encabezado por el subsecretario de Cultura, Marcelo Colonna. Al respecto, el funcionario adelantó que “es la primera escuela de cine que funciona en la provincia del Neuquén; es el inicio de un seguro semillero de realizadores regionales y sin dudas llegará para potenciar la industria cinematográfica en Neuquén y en la región».
«Se trata de una escuela de excelencia, pública y gratuita, lo que refleja claramente la importancia del Estado nacional en el perfil de profesionales de esta industria”, señaló.
La Enerc será dirigida por el vicerrector Martín Ferrari, cineasta neuquino, miembro de la Red Nacional de Film Commision. Cuenta con experiencia en gestión pública ya que se desempeñó como Jefe del programa Industria del Cine en San Luis Cine, provincia de San Luis (la primera provincia del interior del país en desarrollar una industria cinematográfica), hasta hace pocos meses antes de comenzar a ejercer este nuevo cargo en Neuquén.
En esta ocasión también se firmará un convenio con el administrador general del ISSN, Néstor Martín, a través del cual el rector y docentes de la Enerc podrán alojarse en instalaciones del hotel del ISSN cuando viajen desde Buenos Aires para dar clases y, en contrapartida, los alumnos de ENERC realizarán proyectos audiovisuales publicitarios de la hotelería de la obra social provincial.
Finalmente, como cierre de esta inauguración, se proyectará la película “El curador”, del realizador neuquino Mario Tondato, cuyo comienzo de la historia se ubica a fines del siglo XX, en el Alto Valle de la Patagonia Argentina. El argumento trata de un peón rural huraño y retraído llamado Reales.
Su principal ocupación es fumigar plaguicidas en los árboles frutales, tarea que es conocida popularmente en el lugar como “curar”. La manipulación de agroquímicos sin protección le trae a Reales graves problemas de salud. Sufre convulsiones, alucinaciones y pérdida parcial de memoria.
Vivaldi es un patrón abusivo y le debe varios meses de salario. Reales lo odia en silencio, pero manifiesta ante él una actitud sumisa y resignada. Esquiva su realidad pretendiendo una vida normal, aunque sus noches le deparen tormentosas pesadillas.
La clave de su destino está escondida en un grave acontecimiento que no recuerda, ocurrido tres años atrás. La resolución del enigma empujará a Reales a resolver la encrucijada de su vida.