Mañana, 11 de agosto, se celebra en toda Latinoamérica el Día del Nutricionista, en homenaje al doctor y profesor argentino Pedro Escudero, quien es considerado el padre de la nutrición.
En la década de 1930, Escudero fundó el Instituto Municipal de la Nutrición, actualmente Escuela de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires.
Los nutricionistas brindan atención nutricional a individuos sanos, en riesgo o enfermos; administran servicios y programas de alimentación y nutrición; proponen, innovan; y se desempeñan de manera multidisciplinaria para responder con calidad y compromiso a las necesidades sociales de alimentación y nutrición presente y futura.
Samuel García, Referente del Programa de Nutrición y Promocion de la subsecretaría de Salud, explicó que “en los últimos años el licenciado en Nutrición ha cobrado vital importancia mediante acciones de prevención, atención y recuperación”.
“Muchas personas creen que ir al nutricionista implica restricciones en la alimentación, por lo que en la consulta se intenta desterrar este mal concepto e insistir en la importancia de modificar conductas para alimentarse mejor”, dijo García y agregó que “las restricciones pueden vincularse a algunas enfermedades, pero que generalmente con los planes se va adecuando la cantidad, se mejora la calidad de los alimentos si fuera necesario, se trabaja según la edad y la ocupación, y se busca que la alimentación sea armoniosa en su totalidad”, dijo García.
Punto Saludable
Punto Saludable es una estrategia de prevención y promoción de salud creada por la dirección de Atención Primaria de la Salud de la provincia cuyo propósito es llegar a la mayor cantidad de población y tener un alcance masivo, con una impronta positiva, optimista y divertida.
Las actividades se realizan principalmente en fiestas populares, con la estrategia de Consejería de estilo de vida saludable, son libres y gratuitas, brindadas por promotores de salud, agentes sanitarios, enfermeros y licenciados en nutrición, entre otros.
Con Punto Saludable como estrategia se está generando un espacio donde se fortalecen las capacidades de toma de decisiones individuales y comunitarias para beneficio de la propia salud.
Esto se logra a partir de un proceso educativo-comunicacional que se establece entre los promotores de salud y las personas, con el propósito de fortalecer las prácticas cotidianas positivas y modificar las de riesgo.
