Recomiendan medidas preventivas de enfermedades respiratorias

Recomiendan medidas preventivas de enfermedades respiratorias

septiembre 7, 2011

Debido a la confirmación de 21 casos de coqueluche en la provincia, profesionales de la subsecretaría de Salud aconsejan completar el Calendario Nacional de Vacunación y tomar medidas preventivas para evitar afecciones en las vías respiratorias.

Desde la subsecretaría de Salud recomiendan completar el Calendario Nacional de Vacunación y respetar medidas preventivas en los grupos vulnerables, debido al incremento de casos de coqueluche y de enfermedades respiratorias. En el transcurso del año se diagnosticaron 21 enfermos de coqueluche en la provincia de Neuquén, según informaron profesionales del área de Epidemiología y del programa Ampliado de Inmunizaciones de la cartera sanitaria.

La coqueluche es “una enfermedad altamente contagiosa que se previene por vacunas y se trata con antibióticos a fin de cortar la cadena de transmisión o de contagio”, manifestó Claudia Lopéz, del departamento de Enfermedades Transmisibles.

La enfermedad tiene un periodo de recurrencia de tres a cinco años, de acuerdo al lugar “y en este caso ya estamos cumpliendo ese período desde la última epidemia de coqueluche que hubo en la provincia”, indicó López.

En 2004 se registró un incremento de casos y en 2005 se dio el pico máximo; luego, durante 2006, 2007 y 2008, fue disminuyendo. En tanto que entre 2009 y 2010 sólo se registraron unos pocos casos aislados.

Lopéz informó que “en nuestra provincia tenemos 21 casos positivos sobre 242 estudiados”. Las muestras son analizadas en laboratorios provinciales y sus resultados se obtienen en menos de 48 horas. En relación a la aparición geográfica de los casos, se han detectado desde el centro de la provincia hacia el Alto Valle; al respecto se supo que “en la cuidad de Neuquén es donde más casos tenemos, pero también hay en Zapala, Mariano Moreno, Las Lajas, Plottier, Rincón de los Sauces y San Martín de los Andes”.

En cuanto a la edad de los afectados, sólo en un caso se trata de un adulto. Los veinte restantes son menores de un año y se estima que debido a la corta edad, no han recibido todas las dosis necesarias para alcanzar la inmunidad. En esta línea, Josefina Luro, referente del programa de Inmunizaciones de la subsecretaría de Salud, explicó que “recién a los 18 meses, con el primer refuerzo de la vacuna, se alcanza una protección adecuada”.

Según el calendario Nacional de Vacunación, la vacuna que previene la coqueluche se aplica en cuatro dosis: a los dos, cuatro, seis y 18 meses de edad. “A lo largo del tiempo se va perdiendo la inmunidad”, dijo Lopéz, y explicó que por ese motivo “se requieren refuerzos” que se aplican entre los cinco y seis años. Además, Luro agregó que últimamente “también se indica en algunos casos la aplicación de esta vacuna en adultos, principalmente para aquellos que conviven o están en contacto estrecho con bebés prematuros o aquellos que pesan menos de 1500 gramos”.

Respecto de la pérdida de inmunidad, López indicó que es preciso “mantenerse atentos al diagnóstico en adolescentes y adultos, que pueden volver a padecer la enfermedad aunque la hayan tenido de chicos o se encuentren vacunados”. En tanto que Luro agregó que “los adultos podemos estar trasmitiendo la coqueluche a toda esa franja de bebés que aún no están adecuadamente protegidos”.

En los más pequeños “la coqueluche puede generar un cuadro respiratorio bastante serio, requerir internación, y en algunos casos, asistencia respiratoria”, dijo la referente de Enfermedades Transmisibles, y comentó que muchas veces “los cuadros de tos no permiten al bebé respirar, oxigenarse y alimentarse bien, y la falta de oxígeno puede generar secuelas neurológicas”.

En adolescentes y adultos, la enfermedad se puede presentar con cuadros más leves, con tos persistente y prolongada por más de siete días -que suele intensificarse durante la noche y en episodios diurnos reiterados-, no es muy febril y también puede presentar disfonía. “Son cuadros clínicos que suelen confundirse con otras virosis”, manifestó López y subrayó que “lo que llama la atención es la persistencia de esos síntomas y eso tiene que alertar a la sospecha diagnóstica”.

Si bien la coqueluche es una enfermedad cíclica, se conoce su comportamiento y se prevé su aparición cada cierto período, “es probable que no tengamos cuadros tan importantes como en 2005, porque desde entonces se reforzaron muchos aspectos”, destacó López. En este contexto se refirió a la importancia del accionar de los equipos de salud en la detección de casos; la vacunación en forma oportuna según lo indica el Calendario de Vacunación; y las medidas de prevención básicas o inespecíficas, que previenen enfermedades trasmisibles.

 

Enfermedades respiratorias virales

De acuerdo a la información suministrada por el departamento de Enfermedades Transmisibles, el pico de problemáticas respiratorias virales se presentaba entre mayo y junio, “pero desde la pandemia de la gripe A, seguramente por el impacto de la vacuna y la cantidad de gente que ha estado enferma, el comportamiento de los virus ha variado y se desplazó el pico estacional hacía fines de invierno e inicios de primavera”, comentó López.

En consonancia con eso, en las últimas semanas se registra un aumento en las consultas de las guardias, las internaciones y las notificaciones relacionadas a enfermedades tipo influenza, bronquiolitis y neumonía.

“Todavía no llegan a sobrepasar ni a alcanzar el pico máximo del año pasado, pero se encuentran en un franco aumento”, precisó la referente del departamento de Enfermedades Transmisibles. Por ese motivo, es importante reforzar las medidas de prevención y convocar a quienes aún no se han vacunado o no han completado las dos dosis de vacuna antigripal (niños de 6 a 24 meses), porque “todavía están a tiempo de protegerse de los virus que van a circular”.

En cuanto a la vacunación antigripal, en la provincia se alcanzó una cobertura del 83 por ciento; sin embargo, hay grupos que deben mejorar los índices de vacunación. Se trata de los niños que tienen entre seis meses y dos años, cuya protección se adquiere al completar el esquema de dos dosis. En la provincia, el 74 por ciento de este grupo recibió una dosis, mientras que sólo cerca del 50 por ciento completó el esquema.

En el caso de las madres de niños menores de seis meses (puérperas), la cobertura es del 69 por ciento; y en el caso de los mayores de 65 años, la cifra alcanza el 65 por ciento. Este último grupo, y según informó Luro, “tiene la oportunidad de vacunarse, además de la antigripal, contra la neumonía”.

 

Medidas inespecíficas de prevención

Se denominan de esta manera a una serie de acciones sencillas y efectivas para evitar complicaciones y el contagio de enfermedades trasmisibles a convivientes, compañeros/as de trabajo, estudio y actividades sociales-recreativas en general.

 

• Lavar las manos con agua y jabón.

• Mantener la lactancia materna.

• Promover los espacios libres de humo de tabaco.

• Cumplir con el Calendario Nacional de Vacunación.

• Ventilar los ambientes.

 

Ante síntomas:

• Consultar al médico o al equipo de salud y respetar sus indicaciones.

• No automedicarse.

 

En caso de estar enfermo/a:

• No concurrir al trabajo o a establecimientos educativos.

• Cubrir boca y nariz al toser o estornudar (con un pañuelo descartable o con el ángulo interno del codo).

• Tirar a la basura los pañuelos descartables inmediatamente después de usarlos.