Neuquén recibirá al comité organizador del II Simposio de Patagónico de Bioeconomía

 

El Comité Organizador del II Simposio Patagónico de Bioeconomía se reunirá los días 30 y 31 agosto en Neuquén. Representantes de las áreas provinciales de Ciencia, Tecnología e Innovación de la región patagónica asistirán a la secretaría del COPADE para abordar diversos temas inherentes a la logística del evento que está previsto desarrollar del 17 al 18 de noviembre en Neuquén capital y en la vecina localidad rionegrina de Cipolletti.

Integran este comité los gobiernos de las provincias del Neuquén  y de Río Negro, el CONICET Patagonia Norte, las universidades nacionales del Comahue y de Río Negro y los ministerios de Agroindustria y de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, entre otros.

La decisión de impulsar la segunda edición de este simposio en la región del Comahue se tomó el año pasado y se ratificó a inicios del presente, tras la asunción de las nuevas autoridades jurisdiccionales. Hacerlo en dos sedes ubicadas en dos provincias fue considerado un desafío por parte de los organizadores quienes desde marzo han mantenido reuniones frecuentes para definir detalles y consolidar la propuesta.

En encuentros anteriores acordaron los cinco ejes temáticos que tendrá este segundo simposio: Agroindustria, gestión integral de residuos sólidos urbanos, gestión integral de recursos hídricos, tecnologías transversales bío, nano y TICs y un panel para la presentación de proyectos patagónicos de innovación en bioeconomía.

Para la próxima reunión prevén –entre otros temas- analizar las propuestas definitivas para las mesas de trabajo que se prevé conformar por cada eje temático, definir cuál será la modalidad de trabajo para esas mesas y la grilla de oradores (tanto internacionales como nacionales) y los casos a exponer en lo que respecta a iniciativas público-privadas que aplican bioeconomía.

Acerca del simposio

El simposio, promovido por el gobierno de la Nación, se organiza bajo el paradigma “territorios inteligentes”. Esto implica refundar los principios en los que se basan las estrategias de desarrollo para incorporar el compromiso con la sostenibilidad -tanto en lo económico como en lo social y ambiental- sin descuidar la dimensión territorial.

En esta concepción cobran relevancia los modelos de gestión tradicionales y el fortalecimiento de las capacidades institucionales porque la inteligencia no se acota al uso de las tecnologías de la información en el espacio público urbano sino que está unida a las tradiciones, los saberes y la capacidad de respuesta de quienes viven en ese territorio a lo largo de su historia.