Mercer aborda las políticas educativas en la primera infancia

Raúl Mercer disertará sobre los “Enfoques de la salud en la niñez, aproximaciones teóricas y campos de aplicación”, mañana a las 9 en el Auditorio de Casa de Gobierno. El médico pediatra, especialista en Salud Pública y Coordinador del programa de Ciencias Sociales y Salud de Argentina (FLACSO), brindó una entrevista donde destacó la intervención de salud pública en la provincia del Neuquén, los avances tecnológicos aplicados a la primera infancia (0 a 8 años), la alimentación de los niños y los objetivos a seguir en el sistema educativo y sanitario.

El especialista, integrante del Programa Regional de Políticas Públicas sobre Género e investigador del Centro de Investigaciones en Salud Poblacional, Hospital Durand, CABA, destacó que “Neuquén, históricamente, para los que somos del campo de la salud, siempre fue una especie de luz o una estrella a alcanzar. No podemos dejar de reconocer el liderazgo que tuvo y tiene la provincia en materia de políticas sanitarias, en el desarrollo de su plan de salud, por más de 40 años con el liderazgo –en su momento- de la Dra. Elsa Moreno y del doctor Néstor Perrone que han marcado historia en el país. Esta historia que aún sigue viva, reposiciona a la provincia del Neuquén en su protagonismo a partir este tipo de propuestas como las que hoy estamos participando”.

El médico se refirió a la nueva propuesta de incluir a los niños de tres años al sistema educativo y lo definió como una inversión para la primera infancia en cuanto a salud ya que no se debería ver las decisiones educativas meramente, desde ese punto, sino del plano sanitario también. Y agregó. “En mi caso particular como pediatra, lograr que los chicos puedan acceder a un sistema de educación de calidad, desde la etapa temprana de la vida, es una inversión en salud”.

Hay evidencias crecientes sobre la implicancia de promover un desarrollo pleno y con experiencias educativas de calidad en la prevención de problemas de salud en edades superiores de la vida, como es el caso de las enfermedades crónicas no transmisibles (obesidad, diabetes, problemas cardiovasculares, entre otras). Este es un tema central, desde la Declaración de Jomtien, “Educación para Todos”, donde se reconoce que el proceso educativo atraviesa toda la vida, desde que nacemos hasta que fallecemos. Hoy se sabe, por ejemplo, que la promoción de las actividades de lectura en chicos que aún no leen, el estar en contacto con el lenguaje oral, el sonido de las palabras y el vínculo con sus cuidadores o familias en experiencias de lectura temprana, si bien es visualizado como una experiencia educativa, para nosotros -los pediatras y los profesionales de la salud- es una inversión en salud. No hay que ver solamente los aspectos de la promoción de la salud como intervenciones pura y exclusivamente médicas”.

Sobre el mal uso de la tecnología en la primera infancia, destacó que “tiene aspectos positivos en cuanto al acceso a la información y a favorecer las redes de comunicación, pero el uso indebido o para fines que no aportan a la promoción de la salud o la educación, trae consecuencias negativas. Para quienes trabajamos en el campo de la salud o en el ámbito educativo, es un aspecto relativamente novedoso del cual aprendemos en el día a día sobre las posibles consecuencias -tanto beneficiosas como negativas- que tiene el uso o la incorporación de las tecnologías”.

Acerca de las nuevas tendencias de alimentación infantil saludable, indicó que “hay que ver cuál es la mejor nutrición que requiere un chico para su desarrollo pleno, en ese sentido, hay que garantizar el derecho a la alimentación y a la nutrición, para toda vida, desde la promoción de la lactancia materna hasta la incorporación de los alimentos saludables”. De la mano de la alimentación, “existen experiencias que se relacionan íntimamente con alimentar a un bebé o un niño o una niña, como lo es el contacto con sus cuidadores, con la familia”. Se trata de una experiencia multi-sensorial que implica rescatar la importancia del espacio familiar como espacio natural en donde los chicos tienen que alimentarse, manifestó y agregó que “de la mano de la alimentación hay una serie de aspectos inherentes a la calidad del ambiente, los aspectos de contención y la relación afectiva”.

Otro de los aspectos a destacar tiene que ver con la vivienda, en este sentido, Mercer comentó que la calidad de la vivienda es un elemento inherente a la salud por los contaminantes ambientales vinculados al saneamiento básico, el consumo de agua potable y la eliminación de excretas. “Los factores ambientales hoy son determinantes en la salud de los chicos en tanto que a nivel global se estima que el mayor factor de riesgo potencial para la salud de los niños es el cambio climático”.

Todos los aspectos mencionados contemplan la valoración del ambiente familiar, desde un sentido amplio e integral de la familia. “Hoy no hablamos de familia en singular, sino de familias reconociéndolas como un universo vincular donde se destaca el afecto, la contención, el amor, la provisión de calor y la posibilidad de satisfacer las necesidades básicas para que un chico o una chica se desarrolle plenamente”, dijo el especialista de la salud.

El coordinador del programa FLACSO asintió que hay un nuevo escenario para contemplar y reconocer, que es un desafío impostergable sobre cómo generar condiciones de igualdad para que todos los chicos y chicas se puedan desarrollar plenamente. “Es una deuda pendiente en nuestro país. No todos los chicos y chicas tienen igual oportunidad de desarrollarse y de ser saludables. Sin lugar a dudas, si uno tuviera que pensar cuál es la mayor pandemia que afecta a la niñez y a la humanidad, respondería que es la inequidad y la injusticia social, la exclusión de condiciones y oportunidades para el desarrollo pleno”, agregó Mercer.

En referencia a su labor el pediatra afirmó que “desde diferentes sectores del Estado (educación, salud, desarrollo social) estamos siendo interpelados a hacer una nueva lectura de la realidad y ver de qué manera podemos contribuir para que el derecho al desarrollo pleno de la infancia esté asegurado para todos los chicos y chicas, sin importar su origen, su etnia o su nivel socio económico. Insisto, es una cuestión de derechos”. En este sentido destacó las tareas “que aspiran a traducir estas visiones en acciones concretas, tanto desde las políticas como los programas sociales y los servicios educativos y de salud”, concluyó.