La vitivinicultura neuquina lleva 20 años de crecimiento sostenido

Desde 2017 los pequeños productores de uva y elaboradores caseros y artesanales de vino de la provincia de Neuquén han decidido unirse bajo la marca Notas de Vino, que los identifica para comercializar sus vinos. A través de dicha marca han podido darse a conocer e ingresar a canales de ventas nuevos.

Entre los que conforman esta marca se encuentran los elaboradores caseros, que realizan hasta 4 mil litros de vino, y los artesanales que elaboran entre 4 y 12 mil litros de vino por año.

En Neuquén, el trabajo de los productores se completa con las condiciones climáticas de la zona que son muy adecuadas para el cultivo de la vid; bajas precipitaciones (una media anual de 200 milímetros), alta heliofanía, días cálidos y noches frescas, y vientos regulares en primavera, entre otros factores, que permiten producir uvas libre de enfermedades y con muy buena calidad enológica.

En general, la superficie por familia es de entre una y cuatro hectáreas, en las que se cultivan distintos varietales, siendo la variedad más plantada el Malbec. También podemos encontrar varietales como Merlot, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Syrah, Bonarda, Refosco, entre otras uvas tintas, y en blancos Chardonnay, Sauvignon Blanc y Torrontes.

Debido a diversas políticas de desarrollo productivo implementadas desde el gobierno provincial, actualmente Neuquén cuenta con 10 bodegas, 41 elaboradores de vino casero y artesanal, y 1.758 hectáreas, distribuidas en 90 viñedos.

Estas 10 bodegas cuentan con una capacidad de procesado total de 20,437 millones de litros, situadas en su mayoría en la localidad de San Patricio del Chañar. Los principales destinos de exportación de vino son Estados Unidos, Brasil, Reino Unido, Alemania y Dinamarca.

Políticas de desarrollo productivo

La provincia del Neuquén, a través de políticas de desarrollo productivo, ha promovido la implantación de vid desde hace 20 años a esta parte, por lo que la mayor superficie implantada corresponde a plantaciones de menos de 20 años. En la actualidad, se encuentra en vigencia el Programa Provincial Vitivinícola, dependiente del Centro PyME-Adeneu, mediante el cual se brinda asistencia técnica, capacitación e información a los productores de uva y elaboradores de vino.

De la mano de este acompañamiento se ha mejorado la productividad, la sanidad y se ha aumentado la superficie productiva de pequeños productores y elaboradores a través de financiamiento propio y de terceros, como es el caso del Consejo Federal de Inversiones (CFI). Esta actividad en la provincia es relativamente joven y se caracteriza por ser altamente tecnificada, dado que más del 80% de la superficie presenta riego presurizado y conducción en cordón bilateral.

El crecimiento que esta actividad ha experimentado en Neuquén, como provincia emergente, implica un aumento del 882 % de la superficie plantada con viñedos en los últimos 20 años: tenía 179 hectáreas plantadas en 2000, mientras que tiene 1.758. Además, en la última década la producción total de uvas ingresadas a los establecimientos elaboradores en la provincia aumentó un 23%, pasando de 7,5 millones de kilogramos a 9,3 millones de kilogramos, hasta alcanzar una producción de más de 5,7 millones de litros de vinos elaborados en 2017.

Acciones desde el Programa de Desarrollo Vitivinícola del Centro PyME-Adeneu

En 2010 se comenzó a trabajar en el desarrollo de la vitivinicultura acompañando a pequeños productores de la provincia del Neuquén, a través de este Programa que administra fondos de Nación, de Cadena de Valor. En esta primera instancia, 2010-2013, el crecimiento del sector se da en su mayoría con la implantación de superficie de viñedos, pasando de tener 23 a 136 hectáreas, distribuidas en superficies promedios de 1,5 a 2 hectáreas.

Lo que implicó que también se desarrollaran nuevas zonas como el Norte Neuquino y la zona de Picún Leufú, si bien la mayor concentración de crecimiento se dio en Confluencia, ya que la zona presenta características apropiadas para el desarrollo de los viñedos.

A partir de 2013, el Programa fue cambiando radicalmente, ya que se fue adaptando a las demandas de los productores, muchos de los cuales se convirtieron en elaboradores, por lo que cambió la esencia de las capacitaciones y los financiamientos al sector, sin dejar afuera la producción primaria, pero sí enfocándose en este nuevo eslabón que se desarrollaba.

Este trabajo se realizó en conjunto con instituciones como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), y Agricultura de la Nación. Desde el Programa se crearon distintas líneas de créditos y Aportes No Reintegrables (ANR) en el transcurso del tiempo, las cuales fueron acompañando las demandas y el crecimiento del sector.

Desde 2014 el Programa, por demanda del sector, se enfocó en trabajar sobre la calidad, cantidad y presentación de los vinos elaborados, además de continuar trabajando sobre la producción primaria y la elaboración.

En 2015 se implementa el Proyecto de Incremento de la Asistencia Enológica al Elaborador de Vino Casero y Artesanal, en la zona Confluencia, con excelentes resultados. Y en 2016 se implementó dicho proyecto en el Norte de la provincia.

La mejora en la calidad de los vinos ha permitido desde mediados de 2015 a la fecha incrementar la venta de los vinos, y promocionarlos con la certeza de la calidad de los mismos. Cantidad, calidad, estabilidad y presentación son los puntos más importantes a mantener, para lograr un real beneficio económico para el productor que elabora vinos.

A la fecha el programa lleva ejecutados 13 millones de pesos, trabajando en capacitaciones continuas en todas las etapas de la cadena productiva; mejora de la calidad de los vinos y viñedos evaluando los vinos mediante degustaciones en forma periódica realizadas por el equipo técnico y análisis físicos-químicos, presentaciones en concursos, y también recorridos periódicos de los viñedos por parte de los técnicos que ofrecen recomendaciones según época del año y necesidades.

También se ha trabajado en la mejora de la presentación del producto y sala de ventas; capacitaciones en degustación de vinos; se realizaron viajes técnicos a Mendoza; se concientizó acerca del trabajo en equipo, lo que llevó a que se realizaran compras en conjunto.

Todas estas acciones derivaron en la mejora y ampliación de las bodegas y la capitalización de los elaboradores en maquinaria, para lo cual desde el Programa se brindó el acompañamiento a los elaboradores a través de asistencia técnica y financiamiento.

Como consecuencia, se produjo un aumento del volumen producido; se incorporaron nuevas variedades y tipos de vinos; y se comenzaron a realizar fichas técnicas y diagrama de procesos. Por último, como resultado de la participación de los elaboradores en este programa, decidieron a partir de 2017 bautizar como “Notas de vino” a la marca conjunta que los aglutina, desde ese momento, para comercializar sus vinos.