El ciclo “Historia Cultural del Neuquén” del Ministerio de las Culturas presentó ayer su segundo encuentro virtual “Pirquineros del Neuquén” en el cual se abordó la fiebre del oro en la provincia con relatos de historiadores y promotores culturales.
El Museo Histórico Provincial “Manuel José Olascoaga” de Chos Malal coordina el ciclo que, en esta ocasión, contó con el valioso testimonio de Isidro Belver. Junto a la exposición de Celina Barchiesi lograron mostrar en detalle la actividad relacionada a la búsqueda de oro en forma artesanal en Neuquén.
El auge de la extracción del valioso metal estuvo marcado por la presencia de pobladores chilenos que se desplazaban libremente en ese entonces, cuando aún no existían las fronteras que conocemos en la actualidad. En ese entonces estábamos en conflicto con el país vecino, y mucha gente venía a extraer oro para llevárselo.
Las promesas de hallazgos de oro -denominadas “prenuncios”- marcaron el encuentro, donde se expusieron las primeras premoniciones que datan del año 1598.
En 1690 se registró actividad de los misioneros jesuitas del sur de Neuquén y si bien la actividad tuvo su auge en el norte neuquino, las primeras referencias se ubican en zona de Ruca Choroi, Aluminé y Catan Lil.
Sin embargo, se mencionaron documentos encontrados recientemente que narran una expedición desde Córdoba hasta la unión de los ríos Neuquén y Limay, con aproximadamente 500 personas, en lo que terminó siendo un fracaso rotundo en cuanto a la misión de encontrar oro. El descubrimiento de estos documentos y cartas que narran esa expedición tiene poco más de dos años y esta historia no está escrita en ningún libro conocido todavía, revelaron.
Entre los textos más destacados sobre el tema se abordó “Oro en la Cordillera del Viento” de Hugo Alberto Bustamante; y “La Historia del Oro en la Provincia de Neuquén” de Don Gregorio Álvarez, entre otros textos de gran valor histórico y cultural.
El rol de la mujer
La mujer acompañaba y ayudaba, pero no hacía propiamente el oficio de pirquinera o minera. En realidad, la búsqueda movilizaba a toda la familia que en los comienzos se movía con mucha libertad porque no existía la división de los campos entonces, pero luego comenzaron las complicaciones por los alambrados y las tranqueras.
Las tareas más pesadas en cuanto al esfuerzo físico las realizaban los hombres (pala y las herramientas pesadas para remover el terreno) y las mujeres se ocupaban de “baterear” todo lo que iban removiendo. Se usaban platos caseros de hojalata y las condiciones climáticas eran muy adversas porque era más fácil trabajar en invierno por los caudales de agua que corrían por los cerros y permitía zanjar canales. El contacto con el agua helada era parte de este trabajo, tanto para hombres como para mujeres.
Los pirquineros debían salir a trabajar muy temprano y volvían tarde. Algunas mujeres llevaban comida, otras se quedaban a “baterear” y a “mercuriar” para decantar el preciado metal. Muchas mujeres se dedicaban a trasladar el material hacia el trapiche (una especie de molino), y debían recorrer largas distancias con la ayuda de mulas. Allí molían y separaban lo que podía servir, y también se dedicaban a la limpieza de esos trapiches.
Para muchas familias que se asentaban en el norte neuquino esta actividad era la única posibilidad de generar ingresos para su subsistencia. Por eso se destacó el rol de la mujer como pirquinera, y no como acompañante. La tarea del pirquinero (no del minero) era una tarea familiar.
Acerca del ciclo
“Historia Cultural del Neuquén” presenta las antiguas prácticas culturales de los primeros habitantes del territorio neuquino, en relación con el medio natural circundante y sus riquezas minerales.
El primer encuentro se realizó el jueves pasado (Salineros del Neuquén) y el próximo jueves (25 de marzo) a las 11:00 se realizará el tercer y último conversatorio vía Zoom, bajo el título “Los trabajadores del Carbón”. Quien desee participar deberá escribir al mail: historiaculturaldelneuquen@gmail.com
Link para ver el conversatorio “Pirquineros del Neuquén” (+)