Investigadores del Conicet analizan restos óseos hallados en el norte neuquino

Investigadores del Conicet analizan restos óseos hallados en el norte neuquino

junio 29, 2012

Se trata del material hallado en Aquihuecó, cerca de Tricao Malal. Ya se rescataron los restos de 70 personas, además de elementos de trabajo y ornamentales. El sitio es un enterratorio con una antigüedad de entre 3.500 y 4.200 años.

Un equipo de especialistas en Arqueología e Investigadoras del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) se encuentra en la ciudad de Neuquén con el objetivo de analizar los restos óseos hallados en Aquihueco, en cercanías de Tricao Malal. Los mismos fueron rescatados como parte de la campaña arqueológica que se realizó en el norte neuquino en febrero de este año.

La arqueóloga perteneciente a la dirección provincial de Cultura, Claudia Della Negra, explicó que el análisis del material encontrado posibilita conocer más sobre el origen de nuestra sociedad y su desarrollo a través de la historia.

Al respecto explicó que “todo lo que se encuentra en un sitio arqueológico nos sirve para recuperar y conservar las cosas que vienen de la antigüedad y que son parte de nuestra herencia cultural”.

Por su parte, Marien Béguelin, antropóloga, bióloga, investigadora del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Río Negro explicó que lo que se halló fueron principalmente restos humanos. “El sitio es un enterratorio con una antigüedad de entre 4.200 a 3.500 años, lo cual es muy antiguo para la Patagonia”, dijo.

Además aseguró que al momento se realizan las primeras estimaciones sobre el material extraído de los cementerios, “se puede determinar por ejemplo qué cantidad de individuos extrajimos, qué talla tenían, de qué sexo eran y la edad que tenía cada uno al momento de su muerte, como así también determinar si eran niños o adultos” aseguró.

Por su parte, la directora provincial de Cultura, María Alejandra Martínez Fabi, destacó el trabajo realizado por la comitiva de investigadores y arqueólogos que formaron parte de la campaña, “es muy importante su trabajo porque analizan cada material y la manera en cómo fue dejado por las personas, tratando de conocer qué fue lo que sucedió en el lugar, quiénes eran las personas que utilizaron aquellas cosas, qué hacían, en qué creían y en qué época vivieron”.

“Cada nuevo descubrimiento permite ampliar lo que sabemos de la historia y entender mejor quienes fueron las personas que habitaron nuestro territorio hace miles de años”, señaló.

Otra de las investigadoras, Florencia Gordon, bioarqueóloga de la Universidad Nacional de La Plata e investigadora del Conicet, precisó algunas particularidades de Aquihuecó “es uno de los cementerios más antiguos y grandes de toda la campaña” dijo. Además explicó que hasta la campaña anterior, en 2008, se habían contabilizado por lo menos cincuenta y seis individuos mientras que en la campaña de 2012 se hallaron aproximadamente restos óseos de veinte individuos más. “Es una particularidad que no es menor. Es un enterratorio muy grande y muy antiguo para las dinámicas de las poblaciones de toda la Patagonia”.

Gordon es especialista en rastros de violencia, por lo que precisó que a través del estudio de los huesos se pueden encontrar indicadores acerca de las causas de muerte de estos individuos.

Valeria Bernal, jefa de trabajos prácticos de Orientaciones de Teoría Antropológica de la Universidad de La Plata y directora del proyecto del Conicet denominado “Proceso de diferenciación de las poblaciones humanas del Neuquén”, destacó la conciencia del cuidado de los sitios y el patrimonio “que no es muy fácil de encontrar en otros lugares”. Dijo que el trabajo coordinado en las tareas de excavación se hizo de manera muy cuidadosa. “Para mí fue una buena sorpresa que me lleve en ese sentido”.

Bernal señaló además que lo hallado en la zona también incluye otro tipo de material, como algunos ajuares que acompañaban los restos o cuentas de collar, que fueron realizadas sobre valvas de moluscos. También adornos de material lítico, molinos (morteros), donde probablemente se realizaba el procesamiento de alimentos, como por ejemplo de prosopis (semillas).