Informe especial: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Las estadísticas sobre el asesinato de mujeres comenzaron a contabilizarse diferente a partir del cambio de figura legal que lo define. El llamado “crimen pasional” quedó obsoleto ante la visibilización consciente de que la muerte era provocada por la condición de mujer como la forma más extrema de violencia de género, no por la mal entendida y en consecuencia más tolerada socialmente “pasión”.

En 2009 se sancionó la ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales (26485). La figura del “femicidio” fue incorporada en el Código Civil en 2012 con la modificación del artículo 80 de la Ley 26741. El mismo hace referencia a la muerte de una mujer en manos de un hombre cuando mediara la violencia de género, y establece la pena máxima de prisión perpetua para el agresor.

Nadie mata por amor y lo que hay detrás es una concepción de poder resultante del machismo y el patriarcado, en los que el rol femenino queda reducido a la voluntad masculina anulando la individualidad de la mujer y, en consecuencia, generando vínculos enfermos de dominación y sometimiento. En este estado de violencia normalizada, la intolerancia ante la respuesta de la mujer se convierte en violencia de género que encuentra su manifestación más extrema en su asesinato.

Cabe destacar que esta forma de violencia está presente en todas las edades y niveles socioeconómicos, independientemente de la capacitación académica o actividad laboral de la víctima y/o agresor.

En la provincia del Neuquén funciona el Servicio de Prevención de Violencia Familiar y tiene 29 años de trayectoria en los que nunca dejó de atender a la comunidad, a pesar de los cambios contextuales propios del movimiento del tiempo.

El ímpetu de su función radica en el acompañamiento, asesoramiento y puesta a disposición de información sobre derechos adquiridos y leyes vigentes a personas que atraviesen situaciones de violencia familiar. En consecuencia, el eje de su trabajo radica en la llamada “ruta crítica”, momento en que las mujeres atraviesan situaciones extremas de vulnerabilidad y logran problematizar su situación con el requerimiento de ayuda externa.

En respuesta, desde el servicio se articulan acciones intrainstitucionales o con organizaciones cercanas al radio del domicilio de la persona solicitante, a fin de garantizar la continuidad en la atención, evitar la multi intervención y revictimización.

Desde el espacio se informa también al Poder Judicial sobre acciones realizadas y las medidas cautelares necesarias de aplicar ante cada situación. En este marco se plantean estrategias de intervención a través de las que se gestionan aportes económicos que faciliten la salida de la situación de violencia.

En esto cabe destacar que la gestión es temporaria y que, para su complementariedad, se requiere del trabajo conjunto con juzgados, defensorías civiles, fiscalías, institutos de la vivienda, áreas de trabajo, salud y demás organizaciones involucradas. De esta manera, aseguran desde el servicio de Prevención, las situaciones se abordan de manera integral y no se parcializa la intervención.

Si bien la ley abarca a todo el grupo, la realidad es que en la actualidad la población mayoritariamente atendida es femenina.

Este Servicio de Prevención de Violencia Familiar funciona en el marco de la Ley 2785, de “Régimen de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia familiar”. La misma tiene por objetivo la protección contra toda forma de violencia hacia las personas ejercidas por algún integrante del grupo familiar, con énfasis en la protección, asistencia, acompañamiento psicosocial y a procedimientos judiciales.

Si bien la ley abarca a todo el grupo, la realidad es que en la actualidad la población mayoritariamente atendida es femenina.

Según informó la directora del Servicio, Carina Sancho, la boca de entrada de las denuncias proviene de tres direcciones: el 50 por ciento de las demandas llegan desde el ámbito judicial a través de oficios, el 30 por ciento responde a demandas espontáneas y el 20 por ciento restante por derivaciones interinstitucionales.

“Las demandas espontáneas llegan de mujeres que comienzan a problematizar que atraviesan una situación de violencia. En consecuencia, se acercan al servicio, las asesoramos, les contamos sobre las leyes vigentes, cómo funciona y lo que podemos hacer”, explicó Sancho.

Agregó que “creemos de suma importancia que se brinde acompañamiento y asesoramiento, que se ponga a disposición la información sobre los derechos adquiridos y leyes vigentes”.

Esto responde a la función primordial el Servicio que, en la actualidad, se ocupa del trabajo en el inicio del tránsito del ciclo de la violencia para garantizar la salida de la situación. En el mismo se destaca que el sometimiento es cíclico y que se agrava con el paso del tiempo, dado que los cambios no se producen espontáneamente sin un proceso orientado por especialistas y acompañados por la red familiar.

El ciclo: Tensión que se acumula gradualmente – Arrepentimiento o Luna de miel, periodo de gran remordimiento y disculpas en el que a menudo se hacen promesas de que no volverá a ocurrir – Explosión, en la que la tensión llega al punto en que se produce la explosión o lucha.

“Cuando ocurre la etapa de agresión es cuando mayoritariamente las mujeres se acercan a contar lo que les está pasando. Algunas comienzan informándose, preguntando a alguna amiga sobre situaciones de violencia familiar. La mayoría ya tiene denuncias hechas, están en otro proceso y regresan con el agresor, entonces quieren volver a salir y vuelven a consultar”, explicó Carina Sancho sobre la problematización y consecuente acción.

En este marco, funciona en la provincia un Protocolo Único de Intervención que establece los procedimientos a seguir por los poderes Ejecutivo y Judicial según lo dispuesto en la Ley 2785, de “Régimen de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia familiar”, que da marco legal al Servicio de Prevención de Violencia Familiar.

El mismo se reproduce en toda la provincia y cuando una mujer requiere atención, puede recurrir a cualquier centro de salud, comisaría u hospital de su localidad.

“Es un protocolo nuevo y se está aplicando. Estamos en camino y como Servicio nos hemos juntado con otros sectores para que la atención sea rápida, para evitar esperas tan largas. En comparación con otras provincias, este protocolo es de avanzada a proyección futura”, explicó Sancho.

En el mismo se contempla además el trabajo con la persona que ejerce la violencia y el ministerio de Salud y Desarrollo Social es el organismo responsable de abordarlo. “En el Centro de Salud de Don Bosco III hay un grupo de hombres y en el hospital Heller también. Son los dos lugares en los que se atienden agresores por situación de violencia”, informó Nadia Fernández, licenciada en Trabajo Social del Servicio.

Consultas en el Servicio

Durante 2015 se atendieron 200 mujeres en el servicio. Actualmente, el fuerte de la demanda radica en Neuquén capital con ángulo en la zona Oeste y también se atienden situaciones de ciudades aledañas como Centenario, Senillosa, Plottier y Plaza Huincul.

“Consideramos que esto tiene que ver con la cantidad de población ubicada allí y no con que en el lugar haya más situaciones de violencia, sino porque Neuquén creció mucho hacia ese lugar”, detalló Fernández.

Femicidios en Neuquén

La última estadística respectiva realizada en la Argentina toma el periodo que va desde la primera marcha de Ni Una Menos, realizada el 3 de junio de 2015, a la segunda, del 16 de octubre de 2016.

En ese periodo ocurrieron 275 femicidios en toda Argentina; en Neuquén, ocho, ubicándola en el quinto lugar en el país. A la punta va Buenos Aires, le siguen Santa Fe, Córdoba y Salta. Estos asesinatos ocurrieron en Senillosa, Plottier, San Martín de los Andes, Picún Leufú y Neuquén capital.

Formas de violencia

En las recepciones del Servicio no se distinguen formas de violencia ejercidas sobre las víctimas, sino que se considera que todos los tipos de violencia están en una misma situación familiar. Dependiendo del tiempo vivido en situación de violencia incrementa su gravedad.

“No hay situaciones sólo de violencia física, que es la más visible, sino que están atravesadas por situaciones de violencia psicológica, económica, sexual. Hubo un avance respecto de la violencia sexual y se están denunciando más esas situaciones”, agregó Nadia Fernández.

Seguimiento de las víctimas

En este punto cabe destacar que la mujer siempre es protagonista de la situación y “si ella demanda atención psicológica o espacio privado donde pueda tratar lo que ha vivenciado, hacemos una derivación acompañada a Centros de Salud u organismos especializados para que continúen su proceso en esa instancia”, explicó Carina Sancho.

“Se trabaja en redes y de ahí la importancia de conectar a la mujer con lo comunitario, para que no termine un proceso y se corte, sino que sea una continuidad”, agregó. En consecuencia, se busca también la articulación con el Poder Judicial para que la mujer no quede desprotegida.

En este marco, las medidas de protección varían de acuerdo a cada situación y las principales que pueden solicitarse son los rondines policiales -un móvil policial que esté en la manzana de la vivienda de la denunciante-. También está poniéndose en práctica el botón antipánico, sumado al seguimiento diario y la disposición ante lo que la mujer necesite.

Ante toda situación de violencia es fundamental ejercer el acto de denuncia para contribuir a romper con el ciclo de maltrato y manipulación en el que ella sumerge. Si la víctima no ejecutara la denuncia y personas cercanas a la misma percibieran que la problemática estaría ocurriendo, pueden hacer la denuncia en cualquiera de los centros receptores. Ningún organismo puede negarse a recibirla.

Ante toda situación de violencia es fundamental ejercer el acto de denuncia para contribuir a romper con el ciclo de maltrato y manipulación en el que ella sumerge.

Datos oficiales de contacto y denuncia

-Por acompañamiento y asesoramiento:

Servicio de Prevención de Violencia Familiar (Tucumán 786 – Tel: 299 – 447 4892 Cel: 154 654583).

Centro de Atención a la Víctima del Delito (Talero 184 – Tel: 299 – 443 9993/447 3788)

Línea telefónica 0800 MUJER (0800 122 6853) funciona las 24 horas, los 365 días del año

-Centros de Fortalecimientos Familiar

Hue Quiñe (Casilda 164 – Tel: 4469668)

Valentina Sur (Concepción 104 – Tel: 4440433)

Confluencia (Saturnino Torres 282 – Tel: 4477904)

Progreso (Abraham David 2404 – Tel: 4471174)

Hospital o Centro de Salud cercano a su domicilio

-Dónde realizar la denuncia.

En sede Policial, en cualquier comisaría.

En sede Judicial (Leloir 881).