Inauguraron el santuario de Ceferino Namuncurá en San Ignacio

Inauguraron el santuario de Ceferino Namuncurá en San Ignacio

noviembre 15, 2009

El gobernador Jorge Sapag y el lonco de la comunidad mapuche local, Celestino Namuncurá, encabezaron una cabalgata que llegó hasta la base del cerro Ceferino, en San Ignacio, donde se celebró una misa y se cortaron las cintas del templo que alberga los restos del beato.

Con una multitudinaria celebración religiosa, se inauguró este domingo 15 de noviembre el santuario de Ceferino Namuncurá en el paraje San Ignacio, cerca de Junín de los Andes.

La ceremonia comenzó con una cabalgata hasta la base del cerro Ceferino (también llamado cerro de la Cruz) de integrantes de los pueblos mapuche de la zona, que estuvo encabezada por el gobernador Jorge Sapag y el lonco de la comunidad local, Celestino Namuncurá. Allí se ofició una misa y se cortaron las cintas del templo con forma de kultrún donde descansan los restos del beato patagónico.

En su discurso, el mandatario provincial destacó la vocación de Ceferino de servir a su pueblo y dijo que ahora los neuquinos “tenemos la bendición de tenerlo aquí, en nuestra tierra”, donde podrá cumplir con ese deseo.

“Cuántos habremos evocado a Ceferino en tantos momentos difíciles, alegres y tristes, de nuestras vidas”, expresó y recordó que su historia de vida era ya “muy popular” en la región y el país, incluso antes de ser considerado por el papa Pablo VI para comenzar el camino de su beatificación.

El lonco Celestino Namuncurá, que es también sobrino nieto de Ceferino, agradeció a quienes colaboraron para el traslado de los restos y la construcción del santuario en San Ignacio, donde está asentada la familia del beato mapuche. También se mostró emocionado por la importante convocatoria que tuvo la ceremonia. “Hoy, a toda esta gente que está reunida acá, tantísima gente, les doy la bienvenida”, manifestó conmovido.

El intendente de Junín de los Andes, Enrique Campos, que también participó del acto, recalcó la labor del padre Mateo, de la diócesis local, “que interpretó el pedido de la familia Namuncurá” y trabajó junto a ellos para la construcción del santuario. Auguró además un importante crecimiento para San Ignacio y señaló que es necesario “crecer para tener el país que nos merecemos y la provincia que nos merecemos”.

La misa

Antes de los discursos, el padre Mateo, de la diócesis local, celebró una misa para los presentes. Lo acompañaron en el palco por los representantes religiosos de otras ocho diócesis salesianas.

El cura hizo especial referencia a la intención de Ceferino, expresada en las cartas que dejó, de ser útil a su gente y remarcó que “el amor de Cristo que nos une a todos fue su ideal”. Pidió dejar de lado las diferencias culturales o de cualquier otro tipo e invitó a todos a festejar la inauguración de la “ruca de Ceferino, que es como prefiero llamar a este santuario”.

Durante el oficio religioso, 13 jóvenes de la zona tomaron su primera comunión. También se montó una figura en tamaño real del beato tallada en madera, que quedó ubicada junto al palco. Como cierre, los fieles cantaron el Himno de Ceferino.

Desarrollo del acto

A las 9.30, Jorge Sapag y representantes de las comunidades mapuche de la zona bajaron a caballo por el camino que llega hasta el santuario, un trayecto de aproximadamente 500 metros. Allí los esperaba una multitud de casi cinco mil fieles. Una vez en el lugar, la comitiva izó las banderas Nacional y Provincial, acompañados por la entonación de los himnos de Argentina y Neuquén.

Siguió la ceremonia con una misa a cargo del padre Mateo. Al concluir la celebración religiosa, tomó la palabra el lonco Namuncurá. Siguió un discurso en lengua mapuche de la ñaña (tía, anciana) de la comunidad local, Teresa Inal. Luego habló otro representante de la misma familia, Luis Namuncurá. A continuación, ofreció un discurso el intendente Enrique Campos, seguido por el gobernador Jorge Sapag.

Luego hubo una entrega de cuadros alusivos a la beatificación de Ceferino, que distribuyeron los miembros de la comunidad Namuncurá a Jorge Sapag y a todas las personas que colaboraron con el traslado de los restos del joven mapuche a San Ignacio.
La ceremonia concluyó con el tradicional corte de cintas y un recorrido del gobernador por el santuario y un salón próximo, aún en construcción, financiado con fondos del programa de Mejoramiento Habitacional e Infraestructura (Promhib). Después, al terminar el acto oficial, el mandatario neuquino compartió un asado con los integrantes de la comunidad Namuncurá.

Además de Jorge Sapag y Enrique Campos, acompañaron la ceremonia los subsecretarios de Desarrollo Económico, Javier Van Houtte, y de Información Pública, Antonio Artaza; el diputado provincial Carlos González; el ex ministro de Gobierno, Jorge Lara; y la señora Carolina Lanusse; entre otros. También asistieron como invitados los loncos Audulio Paillalef (de la comunidad Cayulef, en El Salitral), Manuel Pereyra (de Chiqulihuin), Santiago Pereyra (de la comunidad Linares), Jorge Salazar (de Cayupén) y Mariano Lepihual (de la comunidad Paineo); más referentes religiosos de Neuquén y Río Negro.

85 años de espera

Desde 1924, los restos de Ceferino Namuncurá estaban guardados en Fortín Mercedes, a 130 kilómetros de Bahía Blanca, antigua frontera con el territorio ocupado por los pueblos originarios. El 12 de agosto de este año, por pedido de la comunidad mapuche Namuncurá, afincada en San Ignacio, se trasladó la urna con las cenizas del beato al paraje neuquino.
La comitiva que transportó los restos estuvo encabezada por el lonco Celestino Namuncurá y el werken Cirilo Namuncurá (ambos parientes de Ceferino). Los recibieron en su destino más de 500 personas.

Desde entonces, la urna está depositada sobre una roca de un metro cúbico, que solían utilizar los integrantes mayores de la comunidad Namuncurá para subir a su caballo y tiene un fuerte valor simbólico. Alrededor de la piedra, se construyó un monumento con forma de kultrún (el pequeño tambor sagrado para la cultura mapuche), diseñado por el arquitecto y artista Alejandro Santana, quien también realizó el camino del Vía Christi en el cerro de La Cruz, en Junín de los Andes.

El santuario está ubicado a campo abierto, a dos kilómetros de la escuela y centro comunitario de San Ignacio, al pie del cerro que lleva el nombre del beato.

Ceferino Namuncurá nació el 26 de agosto de 1886 en Chimpay y falleció el 11 de noviembre de 1905 en Italia, a los 18 años. En 1924, sus restos fueron repatriados y depositados en Fortín Mercedes, a orillas del río Colorado. Hace dos años, en 2007, el papa Benedicto XVI dispuso la beatificación del joven mapuche.

La comunidad Namuncurá se mudó al territorio neuquino a fines del siglo XIX, cuando las autoridades nacionales le otorgaron un terreno en donde hoy está el paraje San Ignacio y luego de años de espera infructuosa por la titularidad de las tierras en Chimpay.