Inaugura la muestra colectiva Panorama Neuquén 2018

De los seis artistas, una de ellas es nacida en Neuquén y, según expresaron, “es elegido para quedarnos, habitar durante cierto tiempo y hacer de esa permanencia una experiencia significativa; una transitoria permanencia”.  Coincidieron en que este territorio “nos sigue dándonos formas, constelaciones de palabras, historias. Nos pide abrir los ojos para experimentar lo que no vemos, lo que nos mira. En este espacio dejamos una huella polifónica, sintiendo que no importa de dónde se es, sino dónde se está”.

Panorama por 6

Los autores de esta singular muestra aportan a “Panorama” su arte desde distintas perspectivas artísticas, pero en el mismo territorio simbólico. Carolina Arias, encuentra animales silvestres muertos en rutas y bosques patagónicos, los lleva a su casa donde los congela para luego practicarles el proceso de taxidermia y crear una ilusión que los retiene. Su proyecto, denominado “Promesa de Paraíso”, es una reflexión sobre aquello que precede al caos.

Marcelo F. A. del Hoyo fricciona sobre cada recuerdo, sobre cada tiempo sensible, hasta lograr lo tangible que se documenta.

En tanto, Ailín Fernández vive y convive con el paisaje y su transformación, un horizonte que parece hostil y que está lleno de tesoros, una diversidad inmigrante y una población que creyó en diferentes progresos y modificó la tierra y el agua para hacer un hábitat natural.

Hace diez años, Juliana García eligió Neuquén para vivir. En las plantas de las veredas, ventanas, patios delanteros de las casas y departamentos de su barrio rastrea pequeños fragmentos del paisaje urbano donde sospecha que el espacio deviene territorio.

En “Vecindad” hace foco en la construcción colectiva del paisaje a través de las formas en que el espacio habitado es imaginado, construido, compartido; allí indaga en los procesos a través de los cuales un lugar adquiere identidad.

La reciente producción de Martín Motta, denominada “Selfman”, encarna un intento de habitar la Patagonia, sitio en el que se encuentra pero del que no es originario. Se trata de un pasaje a través del paisaje y una cita al pueblo originario más austral del continente: los selknam. A través del Hain, adultos de la comunidad, encarnaban dioses con máscaras y pinturas corporales internados en el bosque. Así, los jóvenes de la comunidad realizaban una serie de pruebas dando lugar a un ritual de iniciación que simbolizaba su pasaje a la adultez.

Por último, Laura Mozzi presenta “Tejer un tiempo en la estepa” donde profundiza en las posibilidades poéticas del textil. Muestra, desde la materialidad del tejido y la palabra, la densidad de una experiencia de inmersión en el paisaje estepario.

Dentro de varias experiencias de trabajo en conjunto, Ailín Fernández y Martín Motta realizan sitios específicos con ciertas materias primas que hacen de un recorrido una idea: una obra de cierta característica natural-escenográfica-efímera.

En todos ellos, se repite el gesto a modo de una reconstrucción “aparente”. A través de materiales que viajan desde el lugar de origen (barbotina, tierra de la barda, pigmentos), “Amplitud Térmica” intenta conllevar micropolítica de una porción de paisaje colectivo característico de la Patagonia: el desierto; recrear este trabajo en la sala del Centro Cultural Alberdi es una simulación etnográfica, como territorio matérico-esotérico o un situacionismo explícito que les permite hacer presente el rastro natural en lo urbano.