La iniciativa invita a promover la difusión de información sobre la enfermedad para construir una sociedad más inclusiva con las personas que la transitan.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que produce alrededor del 70% de los casos de demencia. Cada 21 de septiembre, la comunidad mundial difunde información útil para facilitar las consultas tempranas y sensibilizar a la comunidad en relación con los estigmas vinculados a la enfermedad y sus consecuencias.
En la provincia del Neuquén, los equipos de salud trabajan en abordar esta enfermedad, que es progresiva e irreversible y suele manifestarse después de los 60 años, desde una mirada amplia, que incluya a las personas y sus familias.
Marcia Godoy, referente de Adultos y Adultos Mayores del ministerio de Salud, señaló que es una problemática que “se observa en crecimiento, dado el aumento de la expectativa de vida a nivel mundial”.
Como parte de los cuidados requeridos para estas personas, Godoy expresó: “Es de suma importancia el apoyo emocional, la estimulación cognitiva, fomentar la alimentación saludable, colaborar en la realización de las actividades diarias y mantener el trato respetuoso en todo momento, brindando apoyo a la familia en el cuidado integral de la persona con el padecimiento”.
Al mismo tiempo, la referente explicó que “las personas que atraviesan esta enfermedad requieren cuidados específicos, adaptados a las necesidades particulares de cada persona”, y en esa línea agregó: “Es importante recordar que cada persona con Alzheimer es única y puede requerir un enfoque individualizado, para el cual es esencial el trabajo en equipo y el desarrollo de un plan de cuidado personalizado”.
Además, la referente apuntó: “A medida que la enfermedad progresa, las personas pueden volverse confusas y olvidar frecuentemente los nombres de personas, experimentar cambios de humor, sentirse tristes o enojados, asustados o frustrados por su aumento en la pérdida de la memoria, como así también volverse más introvertidos porque perdieron la confianza o tienen problemas de comunicación”.
Tanto las dificultades cognitivas como las conductuales provocan un deterioro progresivo del funcionamiento de las personas en las actividades de su vida cotidiana, por lo que las personas afectadas por esta enfermedad pueden llegar a desarrollar una total dependencia en su vida diaria.