octubre 31, 2011
La vicegobernadora Ana Pechen rubricó el acuerdo este lunes en Buenos Aires. La Legislatura aportará 610 mil pesos para financiar tareas de investigación, mientras que el Conicet monitoreará la zona andina y preandina para mejorar la capacidad de respuesta y prevenir daños.
Este lunes 31 de octubre al mediodía, la vicegobernadora Ana Pechen -a cargo del ejecutivo provincial- firmó en la ciudad autónoma de Buenos Aires un convenio con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) para crear un sistema de alerta temprana que mejore la capacidad de respuesta frente a situaciones de emergencia derivadas de la actividad volcánica y de origen geológico.
El acuerdo compromete a la institución científica a desarrollar un sistema de gestión de peligrosidad geológica y un monitoreo permanente en la zona volcánica andina patagónica. El convenio fue firmado por Ana Pechen; la presidenta del Conicet, Marta Graciela Rovira; y Augusto García, presidente de la Fundación para la Innovación y Transferencia de Tecnología (Innova-t), entidad que actuará como Unidad de Vinculación Tecnológica.
La Legislatura provincial aportará 610 mil pesos para financiar las tareas de investigación. Según consta en el documento, el 50 por ciento de ese monto deberá entregarse al momento de la firma del convenio y el porcentaje restante, a medida que se cumplen las metas previamente pautadas.
Por su parte, el Conicet deberá monitorear la zona andina y preandina de la provincia para mejorar la capacidad de respuesta frente a nuevas emergencias y prevenir daños. Para ello controlará la evolución de los estudios básicos de peligrosidad y elevará informes semestrales a la Legislatura y a la secretaría de Seguridad provincial.
Además, el acta designa como unidad ejecutora de tareas emergentes al Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (Inibioma), que depende del Conicet y funciona en San Carlos de Bariloche, junto a la sede en esa localidad de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo).
El plan de trabajo contempla estudios de peligrosidad que incluyen el diseño del mapa preliminar de identificación de peligros y vulnerabilidades. Con ese objetivo se prevé desarrollar un sistema de información geográfica (SIG) que identifique los peligros volcánicos significativos.
El sistema de monitoreo de alerta temprana sobre los volcanes implica reconocimiento fotográfico, sobrevuelos y vigilancia satelital a través de focos de calor e interferometría radar (llamada también Insar, por las siglas en inglés de interferometry synthetic aperture radar). El plan incluye, además, el monitoreo de olas en grandes lagos.
Como parte del acuerdo, se diseñará un SIG a escala de departamentos en la región andina y habrá un protocolo de asesoramiento científico durante eventuales crisis, con previsión de escenarios y recomendación de estrategias.
El territorio neuquino se encuentra expuesto a los peligros geológicos derivados de la actividad volcánica y sísmica, especialmente en ambientes andinos. Según arrojaron los primeros informes, la situación se originó en la sección del arco volcánico activo que afecta a la Patagonia norte -conocida como Zona Volcánica Sur (ZVS)- que incluye 60 volcanes activos en Chile y Argentina, tres sistemas de calderas gigantes y numerosos centros eruptivos menores.
También se informó que buena parte de la zona volcánica coincide con el límite occidental de las provincias de Chubut, Río Negro, Mendoza y principalmente Neuquén, que cuenta con ocho volcanes activos. Otros 20 se encuentran próximos, ubicados en territorio chileno, a pocos kilómetros al oeste del límite internacional.