Discurso de Jorge Sapag en inauguración Subestación Transformadora Añelo. 11 de diciembre de 2012.

Buenos días a todos, muchísimas gracias por esta presencia. Como decía Jorge (Neme, Coordinador Ejecutivo del Prosap) no va a ser fácil. Con Martín (Galíndez, quien fuera jefe de área de gestión de proyectos del Prosap), nos conocimos cuando éramos jóvenes, con amigos comunes que hoy comparten esta reunión y otros que nos están escuchando. Nos conocimos en un club, que nos cobijó, que nos dio lo mejor; nosotros también tratamos de darle a ese club lo mejor.

Y nos inspiraron maestros comunes: el pelado Maztwich, “Cachorro” Lamas, “Cesitar” Silveira, el “Beco” Villegas, el “Gringo” Perazzo y tantos otros que, maestros en la juventud, en el deporte, nos inspiraron en conceptos, como decía Jorge, de trabajar en equipo, de ser desinteresados, de prepararse físicamente, de estar siempre preparados para la confrontación, pero la confrontación leal. Jugábamos fuerte pero jugábamos lealmente. Y Martín, que era menor que nosotros, que Ismael, que Félix, era contemporáneo. Por ahí está Tomás; contemporáneo tuyo, jugaban juntos. Martín tenía el empuje, la garra, el compromiso de esa juventud donde pocas veces habremos hablado de política, seguramente muy pocas veces. En el club se habla de deporte, se habla de valores, se habla de ideales, se habla de ir para adelante.

Y quiso la vida que mucho tiempo después de esos tiempos de club nos encontráramos de nuevo, y Martin me decía que su sueño estaba vinculado a su equipo de trabajo en el Prosap. Trabajar con las provincias en el desarrollo agrícola, en el desarrollo de los campesinos, de los productores, de la gente de menos recursos. De convertir, como decía Leandro (Bertoya, ministro de Desarrollo Territorial), los desiertos en vergeles.

Ustedes pueden ver aquí en Añelo que hay tierras donde el alpataco, los molles, la jarilla se enseñorean, pero es una tierra maravillosa. Hoy hablábamos con Jorge, el valle de Añelo, el valle de Tratayén, toda la zona hacia abajo, Vista Alegre, Centenario, es el valle del Nilo neuquino. El río Neuquén arrastra desde el norte de la provincia materia orgánica que a lo largo de los siglos, ha ido depositando aquí y ha generado un lugar maravilloso, donde está la tierra, donde también está el río pero hace falta la mano del hombre para los canales, para la electrificación, hace falta el ingenio del conocimiento.

Hay un pensador que yo siempre cito que decía: que las grandes obras, o las obras, las sueñan los sabios locos, las realizan los ejecutores natos, las disfrutan los felices cuerdos y la critican los inútiles crónicos. Creo que con Martín, cuando nos sentamos con Leandro, con Jorge, con todo el equipo del Prosap, nos permitimos soñar, en ese verano del 2007, 2008, nos sentamos en una mesa de trabajo y nos permitimos soñar, dijimos porqué no vamos a Añelo y electrificamos de manera que más de 200 productores tengan electrificación, que cientos de personas tengan mejorada su electricidad en su casa. Porqué no vamos a San Patricio del Chañar con un sistema de riego para 4 mil hectáreas para todos sus habitantes, porqué no vamos a Taquimilán, al El Huecú, a Santo Tomás a mejorar los sistemas de riego.

Porqué no vamos a hacer una electrificación rural en toda la provincia en los parajes más alejados, llevándoles energía, luz y calor a los hogares de todos nuestros campesinos, de nuestros pobladores rurales, tanto criollos como mapuches. Porqué no instalamos una red de mataderos en toda la provincia de manera de tener tránsito federal, transito rural, tránsito provincial, y agregarle valor a nuestros productos; porqué no buscamos incorporar nuevas majadas, nuevos reproductores, porqué no mejoramos el sistema de lucha contra el fuego. Bueno, todas estas cosas soñamos. Y primero la convertimos en una idea, después la convertimos en una ley, en el Prosap, con el trabajo de todos sus compañeros que están aquí presentes, lo convertimos en papeles, lo presentamos al Banco Mundial. Se obtuvieron los créditos del Banco Mundial y hoy estamos lanzados en todos esos programas.

Hoy se termina esta obra y se inaugura esta obra en Añelo, que lleva el nombre de Martín. Pero también quedarán encaminados y están todas las demás obras. Hoy en el diario se licita San Patricio del Chañar, para el mejoramiento del sistema de riego, como dijo Jorge, todo el tema de frigoríficos, centros de abastecimiento de productos, y también la electrificación rural.

Por eso, yo quiero en estas palabras decir que como locos en ese verano soñamos y después del sueño tiene que venir la ejecución, tiene que venir la cordura y la ética de la responsabilidad y de la acción. No basta con la ética de las convicciones, podemos tener muchas convicciones, y es ético, es bueno y es humano tener convicciones, pero es mucho más importante luego ser consecuente con estas convicciones y llevarlas a la realidad.

Yo leía hoy un libro sobre la revolución en el desierto de Israel y decía, qué bonito discurso se escribieron, ahora cuénteme cómo son los programas para llevarlos a la acción. Y los programas que se llevan a la acción son cuando se trabaja en el terreno, por eso le agradezco a todos los que han participado, no quiero particularizar solamente en el Epen (Ente Provincial de Energía del Neuquén) o solamente en la Unidad Ejecutora de Financiamiento Externo o en Vialidad o en todas las empresas que trabajaron, los productores, los trabajadores, en la gente del Prosap, la gente del Banco Mundial, lo quiero hacer extensivo a todos. Creo que en la persona de Martín estamos haciendo ese reconocimiento a todos los que dedican su ingenio, su trabajo, su conocimiento, su creatividad para cambiar la calidad de vida de nuestros habitantes, para hacer de nuestra sociedad una sociedad inclusiva, igualitaria y digna de ser vivida. Creo que tenemos un gran desafió por delante. Por eso hoy en esta reunión donde están los hijos de Martín: Juan y María; donde está su mamá Blanca; dónde está María también acompañándonos, quería señalar este punto, donde soñar es un desafió y el mayor desafío es llevar las cosas a la práctica.

Y decirles que todos tenemos un gran dolor con la desaparición física de Martín, pero Martín está presente en cada lugar. En cada obra, cuando ustedes recorran la provincia de Neuquén y vengan a Añelo, lo van a ver a su papá; cuando ustedes vayan a San Patricio o cuando recorran las casas de nuestros campesinos rurales, en Taquimilán, en Naunauco, en Rahueco, en Tres Chorros, en puente Picún Leufú, en Los Catutos, o en tantos lugares de 6 departamentos neuquinos, lo van a ver a Martin, va a estar ahí presente. Porque el dolor puede continuar a lo largo de la vida, porque uno extraña a lo seres queridos, yo extraño a mi padre y me hace falta mi padre. Lo extraño todos los días de mi vida, pero lo escucho, lo escucho cuando me habla, lo escucho cuando me da ejemplos, lo escucho cuando veo sus obras, sus ejemplos, sus conductas. Y con Martín en este día creo que todos ustedes están comunicados en el afecto y en el cariño; y quiero decirles que hay un pensamiento de otro pensador que dice, algo muy simple, dice que hay personas que trabajan y luchan un día de su vida y que eso está bien. Hay persona que luchan y trabajan por semanas y eso es mejor. Hay personas que luchan y trabajan por años, y eso es muy bueno. Pero hay personas que luchan y trabajan toda la vida, y este pensador dice que esas personas son las personas imprescindibles. Y Martín era un luchador incansable, infatigable, de todos los días y de toda su vida, y esa es una persona indispensable, Martín fue en su recorrido una persona indispensable, y marcó un surco, dejó una luz encendida y nosotros vamos a continuar esta tarea y todos los sueños que él tuvo en la provincia de Neuquén los vamos a concretar y le vamos a reunir un homenaje a él, a todo su equipo, a Jorge como conductor de ese gran equipo que tiene el ministerio; agradecerle a sus ministros, a Julián en su momento, a Norberto hoy, a la presidenta de la Nación. Agradecer este trabajo del Prosap que transforma la realidad.

Lo que tenemos que hacer es transformar la realidad, transformando la realidad es como hacemos patria. El otro día estábamos en Cochico y gracias a María Laura me hice de la letra de una canción que me cantaron los chiquitos, que nos cantaron a todos, diciendo cómo crece mi patria. Cuando se abre una escuela crece mi patria, cuando se lleva la luz crece mi patria, cuando se da educación o hay buena salud crece mi patria, cuando estamos unidos crece mi patria. Una canción muy linda, muy simple, muy sencilla y yo le agradezco a Martín, porque él infatigablemente hizo todo lo que tenía que hacer para que la patria creciera. Es un testimonio, es una conducta ejemplar, es un amigo, un amigo que siempre nos va a seguir guiando y queríamos rendirle este simple, sencillo homenaje, con sus amigos, con sus hijos, con sus seres queridos, con su mamá. Rendirle este homenaje con los amigos, con aquellos que desde el club o desde el trabajo soñaron con él una sociedad distinta y un mundo mejor. Gracias Martín por soñar este mundo distinto y esta patria mejor.