Discurso del gobernador Jorge Sapag en Andacollo con motivo de la presentación del libro sobre los 100 años de la localidad. 25 de octubre de 2010.

Buenas tardes a todos, señora vicegobernadora (Ana Pechen); señor intendente (Daniel Muñoz); señora rectora de la Universidad Nacional del Comahue (Teresa Vega); la autora del libro, Ana Valdez; reina y princesa; a la comunidad de Andacollo y del norte neuquino, realmente es un honor para mí poder estar en esta ceremonia, en este acto. Es muy bueno. Los padres de Ana le han cantado siempre al norte neuquino. Han rescatado nuestra cultura, nuestros valores, nuestra gente. Es muy bueno que Ana, en este libro con la ayuda de la Universidad del Comahue, de la editora, les regale en este Centenario, en este cumpleaños, esta obra magnifica.

Hoy hablábamos de obras, hablábamos de puentes, de caminos, hablábamos de obras que tienen que ver con el Registro Civil, con las escuelas, con el gas y demás, y uno puede construir puentes y caminos que tienen que ver con una dimensión, que es la dimensión geográfica y espacial, que comunica a las personas entre distintos pueblos; pero una obra de las características de la de Ana (Valdez) abarca la dimensión temporal y la dimensión de los seres humanos. Se dice que los pueblos que no rescatan su historia y que no tienen memoria son pura y simple geografía, y cuando un pueblo es orgulloso de su historia, tiene identidad, y tiene identidad de arraigo, tiene sentimientos. Si quiere a su tierra, la defiende; si la defiende, es porque está detrás de una causa noble. Así que celebro esta obra, celebro este regalo de cumpleaños, creo que es el mejor regalo de cumpleaños que puede recibir Andacollo.

Nosotros, como gobernantes, podemos – como decía – traer obras, cumplir realizaciones y sueños de una comunidad, pero es muy importante que los jóvenes, los chicos, las personas mayores, los que hoy vienen a vivir de afuera con nosotros, conozcan esta historia, que es la historia de hombres y mujeres que fundaron este terruño; y lo hicieron con ilusiones, los hicieron con sueños, con esperanza, con expectativas, y lo hicieron con un compromiso, con un compromiso muy grande, y nosotros tenemos que tomar esa posta, y para tomar la posta tenemos que saber lo que ellos pensaban, lo que ellos querían, lo que los ilusionaba, cuál era la vocación que ellos representaban, y de esa manera podremos cristalizar esos sueños y podremos cumplir con la causa noble que animaba a quienes fundaron este terruño.

Así que mi respeto, mi respeto por la democracia, por lo que decían Ana y Daniel, en el sentido que en democracia lo que importa es estar unidos en la diversidad, ser respetuoso, ser tolerante, saber que uno no es dueño de la verdad, el único que es dueño de la verdad es Dios, nosotros podemos tener un cristal, podemos mirar una parte de la verdad, podemos ver un prisma, pero en realidad si somos capaces todos de darle una mirada a la realidad, y de compartir nuestras verdades parciales, y si somos capaces en esas verdades parciales aunar esfuerzo, hombro con hombro y codo a codo, para mejorar la calidad de vida de las personas que nos acompañan, y convertir a la democracia en una forma de vida que sea inclusiva para todos, que sea participativa, que sea deliberativa, que sepa admitir aún las diferencias y los roces, de manera de resolverlos en forma pacífica y respetando siempre la voluntad de la mayoría, respetando los derechos de la minoría; creo que de esta manera podremos construir la Nación que todos queremos.

En el año del Bicentenario de la Patria y del centenario de Andacollo, celebro este regalo de Ana, y celebro que podamos resaltar los valores que nos vienen desde el fondo de la historia: la paz, la libertad y la justicia que solamente se pueden construir si tenemos voluntad de trabajo, si tenemos fe de nosotros como pueblo, y si tenemos fe en que juntos podemos construir una sociedad más justa y más solidaria. Felicitaciones, Ana, nosotros vamos a compartir este momento con un pequeño regalo nuestro, de un libro de la provincia de Neuquén con fotografías, que hacen también un poquito a esta historia, y con un regalo personal, es simplemente un pañuelo para que lo lleve de recuerdo. Muchas gracias por todo.