Discurso del gobernador Jorge Sapag durante la celebración por el 198º aniversario de la Declaración de la Independencia. Miércoles 9 de julio de 2014.

Gracias por este momento tan especial, compartido de esta manera en este barrio, en esta colonia rural de Nueva Esperanza, que con su nombre lo define todo y agradecer que podamos tener esta reunión en este marco de cordialidad, de patriotismo, de alegría con las palabras del intendente (de Neuquén) de ‘Pechi’ Quiroga reafirmando conceptos que nos vienen desde lo más profundo de la historia.

Quiero decirles que en esta colonia rural estamos trabajando fuertemente para distintos temas, uno de ellos, como mencionó Pechi es el tema del agua, de la luz, el tema del matadero y el Centro de Salud que inauguramos hace muy poco tiempo y ahora en este mes de julio vamos a hacer obras que tienen que ver con el desarrollo de la zona, mejorar la comunicación y la conectividad, como por ejemplo el nexo con el tercer puente, el nexo de la interconexión con la circunvalación de Neuquén con la ruta Nº 7 a través de la rotonda de Zanón.

Vamos a llamar a licitación este mes de julio por la ruta Nº 7 para hacer la ruta Nº 51 a Mari Menuco, una obra de 500 millones de pesos que forma parte del convenio con la Nación con motivo del convenio con YPF, con motivo también de la asociación con Chevrón.

También vamos a hacer la semaforización entre el Parque Industrial y Centenario, una obra de 6 millones de pesos, en siete lugares, la rotonda también en el lugar donde estaba el peaje, una obra de 6 millones de pesos, y 15 millones de pesos para la iluminación. Es una ruta que necesitamos tenerla bien segura, bien confiable, también entre el Parque Industrial y Centenario y bueno, un día importante.

Qué importante es recordar la historia sino no sabemos de dónde venimos, si no ratificamos con estos hechos y con estos actos de conmemoración nuestras estas fechas históricas no podemos reafirmar nuestra nacionalidad y es importante reafirmarla, es importante como señalaba Pechi es conocer el trasfondo de la historia donde las provincias unidas, fueron las provincias preexistentes a la Nación las que entablaron la lucha para constituir nuestra nacionalidad y para darnos nuestra libertad y nuestra independencia. Como decía Pechi, muchas cosas transcurrieron antes y después de 1810.

Hace pocos días celebrábamos el 25 de mayo y recordábamos otro 25 de mayo de 1809, sin el 25 de mayo de 1809 no hubiera sido posible el 25 de mayo de 1810 y seguramente que si vamos atrás en la historia sin la revuelta de José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru, no hubiera sido posible tampoco reafirmar estos gritos de libertad en nuestra tierra americana.

Túpac Amaru treinta años antes ya se rebelaba contra el poder colonialista dominador y de imperio donde sojuzgaban libertades, donde ni los indios ni los negros tenían libertad en condición igualitaria y vino ese 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca donde luego del levantamiento siguió el de La Paz, pero la represalia de Cisneros que gobernaba las Provincias Unidas del Río de la Plata hizo que hombres libertarios, hombres como Murillo murieran en el patíbulo. Pero Murillo antes de morir ahorcado dijo “podrán apagar mi vida pero lo que no podrán apagar jamás es la llama de la libertad que queda encendida de ahora y para siempre”. Y fue así como el 25 de mayo de 1810 hombres y mujeres con amplio sentido de patriotismo, de libertad e independencia terminaron con un gobierno que nos dominaba y nos sojuzgaba y nos convertía en colonia, pero tuvo que transcurrir mucho tiempo para llegar a la libertad, para llegar a la independencia hasta la batalla de Ayacucho en 1824 tuvimos que seguir batallando, porque el 9 de julio fuimos a Tucumán a declarar la independencia y esto es muy importante porque los hombres y las mujeres que declararon la independencia en Tucumán, que lo hicieron sobre su honor, sobre su fama, sobre sus bienes, sobre su propia vida, declararon la libertad de la violenta dominación que nos sojuzgaba.

Lo decidieron en ese lugar porque hombres como Belgrano, Monteagudo, que la libertad y la independencia debía declararse en el mismo campo de batalla donde en 1812 en la batalla de Tucumán hombres y mujeres como dice Mitre habían trasmitido consolidar la Revolución de Mayo de 1810 y afirmar la Independencia de 1816. Mitre dice que sin la batalla de Tucumán no hubiéramos podido retener parte de nuestro territorio, y no hubiéramos podido declarar la Independencia.

Fíjense qué importante, en esta batalla de Tucumán 1.800 patriotas, paisanos, militares, voluntarios y gauchos, enfrentaron al doble de tropas realistas que eran 3.600 hombres y la cuarta parte de la artillería y sin embargo los animaba ese espíritu de libertad, de independencia y quedaron 450 personas caídas de las tropas realistas y 71 patriotas que dejaron su vida en estos campos de Tucumán. Por eso cuando hombres como San Martín, Belgrano insistían en la declaración de la Independencia dijeron hagámoslo en Tucumán y Belgrano estaba al frente de los Patricios y es bueno recordar que en esta declaración de la Independencia de Tucumán fue el RIM Nº 10, fue creado en ese momento para combatir en el Ejército del Norte y custodió la declaración de la Independencia y tenemos el honor como neuquinos de tener al RIM Nº 10 de Covunco en nuestra provincia es un motivo de orgullo para todos los neuquinos.

Antes de la batalla de Tucumán, Belgrano había ganado una batalla en Las Piedras y había recibido una orden del Triunvirato presidido por Bernardino Rivadavia de retirarse a Córdoba y eso hubiese significado perder todas las provincias del norte para siempre. Sin embrago Belgrano desobedeció la orden, dicen que la batalla de Tucumán es la batalla de la desobediencia debida y eso está bueno porque en el temple de Belgrano, en su coraje, en su decisión, estaba también la decisión de desobedecer órdenes que no fueran constructivas para construir una Nación como Belgrano la soñaba y la quería. Y no fue casualidad que Belgrano, también, sobre el río Paraná fundara dos baterías: una se llamaba Libertad la otra se llamaba Independencia, que es lo que animaba a estos hombres. Realmente eran verdaderos gigantes. Por eso es bueno que hagamos un alto en nuestro camino, en nuestra vida cotidiana, en nuestra lucha diaria, por nuestros problemas provinciales, personales, familiares y levantemos la mirada y miremos hacia atrás y miremos de dónde venimos y cuál es nuestra historia.

En 1816 se juramentaron los hombres de Tucumán y las mujeres de Tucumán defender esta independencia. Bernardo de Monteagudo cuando hace referencia a la Batalla de Tucumán tiene un párrafo que quiero compartirlo con ustedes que dice que deberíamos trasladarlo a ese campo de gloria y mirar en cada combatiente, sobre todo en los que dejaron su vida, en este caso con gloria por nuestra libertad, a hombres que seguramente en este momento –dice Bernardo de Monteagudo- estarían pensando al entregar su vida una sola cosa: qué lástima no tener más vidas para entregarla más veces para construir nuestra Patria. Ojalá pudiéramos morir más veces para defender lo que nosotros estamos defendiendo, los combatientes de Tucumán.

Decía al mismo tiempo que los combatientes de Tucumán estarían pensando, y lo decía Bernardo Monteagudo en 1812, que la posteridad no podía fallarle. Después de la batalla, él decía que estos combatientes están exigiendo y clamando a la posteridad que no le fallen a esta sangre derramada por la libertad de América. Y era un llamado de atención y a la vez una asunción de compromiso, un testimonio que los hombres caídos en Tucumán dejaron para que todas las generaciones de argentinos fueran tomando y ahora en esta etapa nos corresponde a nosotros, a cada uno de los que vivimos este presente, nos toca tomar este testimonio y remontarnos a la Batalla de Tucumán y preguntarnos por qué estos 72 patriotas entregaron su vida. Y cuando digo la Batalla de Tucumán en realidad puedo referirme a cualquiera de las batallas por la independencia. O podemos referir a cualquiera de los hombres y mujeres caídos en defensa de nuestra Nación y nuestra Patria y nuestro sistema de vida, nuestra democracia y nuestro federalismo.

Tantos hombres y mujeres, y decía Monteagudo, algunos pasaron a la historia y otros no, pero hubo miles y miles de anónimos, y hay que recordarlos a todos porque ellos fueron los que cimentaron y nos dieron la posibilidad de estar en este presente, trabajando para construir la Nación que todos queremos y que todos nos merecemos. Por eso, como decía Pechi, es un gran compromiso y una gran responsabilidad para las generaciones presentes construir ese federalismo, esa democracia y esa República por la que lucharon los que lucharon por la independencia y la libertad y sin medios: cuando Belgrano pidió sables para sus oficiales le dijeron desde Buenos Aires “no tenemos la plata y no tenemos dónde comprarlos”. Esa fue la respuesta que recibió. Y creo que la decisión de Belgrano, de no dar un sólo paso atrás y no retirarse y de presentar batalla, fue también una demostración de una conducta ejemplar. Belgrano decía que él no quería ser calificado en la posteridad como Padre de la Patria, se conformaba con ser un buen hijo de esta tierra.

Bernardo Monteagudo decía que para ser patriota no basta con haber nacido en una tierra. Para ser ciudadano sí, para ser patriota hay que tener, además del nacimiento y los vínculos de sangre –a veces ni siquiera el nacimiento, porque hay personas que han adoptado la nacionalidad y se han convertido en patriotas-. No basta con nacer, sino con el sentirlo y con el lograrlo.

Así que queridos amigos, tenemos un gran compromiso con nuestra historia, que hoy 9 de julio en esta celebración en este marco que se celebró en aquel momento en Tucumán, con este mismo marco, con estas mismas lágrimas en el acto de declaración de la independencia. Nos relatan que en los actos de la independencia había lágrimas, pero también había sonrisas. Y había satisfacción con el deber cumplido. Y sabían además a qué se sometían. Cuando se declaró la libertad, en mayo de 1809 en Chuquisaca la represalia fue tremenda.

Decenas de patriotas murieron en la horca y los que no murieron fueron desterrados a Malvinas o a Martín García o a distintas islas de la República. Y nosotros sabemos lo que significa defender las convicciones y defender los ideales y tenemos que estar dispuestos como estuvieron ellos a defender nuestras convicciones y nuestros ideales y que el sacrificio sea mayúsculo. Son tiempos de lucha para seguir construyendo la República, para seguir construyendo una gran Nación para seguir construyendo provincias fuertes, federales, autónomas. El federalismo no es solamente un discurso o una constitución escrita sino que es una realidad que hay que construir todos los días. En la construcción de ese federalismo, en la construcción de esa República, la construcción de esa democracia es en lo que están empeñados todos nuestros esfuerzos.

Yo les agradezco a todos la participación en esta fiesta popular, en esta fiesta ciudadana que lo hagamos en este marco de armonía y cordialidad pues la democracia es justamente cordialidad, respeto, armonía, unidad en la diversidad. Unidad, que como decíamos y recordábamos ayer, es la que nuestros jugadores de fútbol dicen que es lo que los llevó a llegar hasta dónde llegaron después de 26 años de historia. Están unidos, están trabajando en equipo, seguramente con diferentes camisetas, pero cuando toca defender la celeste y blanca estamos todos unidos. Y si estamos unidos en el deporte, y estamos unidos en la cultura, por qué no estar unidos en la construcción de una gran Nación que nos reclama. Seguramente hoy, cuando juegue Argentina, no va a haber ni un sólo argentino que falte a la cita. Vamos a estar todos convocados por la celeste y blanca. Ojalá que esta convocatoria del deporte se traduzca siempre en una convocatoria detrás de los grandes objetivos que son la igualdad, la solidaridad, el progreso y la inclusión social.

Queridos amigos, que resuene muy fuerte en la cúpula del cielo neuquino, que viva Neuquén, que viva la Patria, que viva Argentina.