Discurso de Jorge Sapag en acto egreso cadetes Policía provincial. Espacio Duam. 17 de diciembre de 2012.

Señora vicegobernadora Ana Pechen; señor fiscal general del Tribunal Superior de Justicia; senador nacional Horacio Lores; legisladores nacionales; provinciales; ministros; señor Jefe de Policía, Raúl Laserna; subjefe Adolfo Liria; lana mayor de la Fuerza Policial; a todos los oficiales superiores; jefes; subalternos; suboficiales, agentes, personal civil; docentes, auxiliares e instructores de la Escuela de Cadetes Adalberto Staub; alumnos; a los familiares; a los oficiales ayudantes y a los agentes de seguridad y penitenciarios que hoy reciben su título; a las demás autoridades presentes; al pastor y al padre que hicieron uso de la palabra; representantes de las fuerzas armadas y de seguridad.

Unas breves palabras para cerrar esta reunión y hacer lugar al afecto y al cariño de todos los familiares que están esperando el momento de abrazar a sus seres queridos que hoy se reciben.

Bien hablaron hoy el pastor y el padre y también habló muy bien, Miguel Torres (director de la Escuela de Cadetes Adalberto Staub) expresando los expresando los valores y la importancia de esta reunión.

Ustedes van a recordar este día para toda su vida y lo van a recordar como un hecho importante, no solamente ustedes sino todos sus seres queridos. Y es importante porque, como bien recordaba Miguel, ustedes son personas y vecinos de la provincia de Neuquén, el 50 por ciento de la zona de Confluencia, el otro 50 por ciento del interior, capacitados en Neuquén y en Cutral Co y preparados en valores y en principios que tienen que ver con la institución policial y con la sociedad democrática que todos queremos construir.

Yo les quiero hacer llegar en este día, en primer lugar, mis felicitaciones por su dedicación al estudio, por su disciplina, por haber llegado hasta este momento preparados para ejercer esta noble misión que es la seguridad en la sociedad neuquina que los espera, desde hoy mismo.

No solamente preparados en esos valores, sino felicitarlos porque se incorporan a una institución policial que tiene prestigio en el conjunto de las policías provinciales. Una institución policial que se esfuerza por el estudio, los conocimientos y la capacitación. Una institución policial que supo en algún momento preparar a su gente en Viedma, pero que supo también rápidamente generar los mecanismos de estudio y de preparación en la provincia de Neuquén.

Al mismo tiempo, trasmitirle al conjunto de la sociedad que ustedes son hombres y mujeres que vienen de la misma sociedad neuquina y que si han elegido vestir el uniforme de la policía es por una vocación, por un destino y por una decisión profesional. Vestir este uniforme significa un alto honor y un alto orgullo.

Sabemos que esta sociedad respeta a la institución policial y que la institución policial tiene que trabajar en el marco del respeto a los derechos, declaraciones y garantías en favor de esta sociedad. Yo de todos los valores que se mencionaron aquí, acerca del coraje, responsabilidad, decisión, templanza, prudencia, fortaleza, me voy a quedar con una sola, y con esta voy a cerrar mis palabras, que es sabiduría.

Cada día de sus vidas, de ahora en más, ustedes tienen que aplicar toda la sabiduría de la que sus padres, sus seres queridos, Dios, y ustedes mismos sean capaces para tomar decisiones; sabiendo que el arma que a partir de hoy van a portar, es un arma de la sociedad y del Estado. No es un arma, ni un poder, ni una autoridad delegada para ejercer justicia por mano propia. Es un arma que se les entrega para representar al Estado en este contrato social y estado de derecho en el que ustedes tienen que buscar y procurar que el valor justicia tenga realidad cada día de sus vidas.

Quiero pedirle a Dios que esa sabiduría esté presente en cada uno de sus actos, en cada una de sus decisiones, y que nunca olviden que en este día es la sociedad neuquina en su conjunto la que les entrega esta potestad, y esta potestad es a esa sociedad a la que le tienen que rendir cuentas, además de a ustedes mismos y a Dios. Por eso quiero felicitarlos, quiero instarlos a redoblar esa capacitación que hoy ya empieza y de otra manera. Empieza en la calle, empieza en los barrios, en las manzanas, empieza en el interior, empieza en cada centímetro cuadrado de nuestro territorio provincial para resguardar la vida, la seguridad y los derechos de todos los ciudadanos.

En esta tarea quiero que Dios nos acompañe, que los acompañe esa sabiduría. Felicitar a cada uno de ustedes por esta vocación que, como decía Miguel, es una decisión de vida, porque son los únicos trabajadores del Estado que toman la decisión de poner en riesgo su propia vida para salvar la vida, los derechos y los intereses del prójimo.

En esta noble misión los quiero felicitar, los quiero instar a este trabajo redoblado y con esfuerzo, y los quiero también instar a que sigan engrandeciendo a la institución policial, que la fuerza policial, la institución policial que los alberga a partir de este día como oficiales y como agentes, los alberga para sumarse al prestigio de esta institución, donde la lealtad es un camino de ida y vuelta, de ustedes hacia la institución policial, y de la institución policial hacia ustedes; siempre en el marco de las leyes, de la Constitución y del trabajo por la sociedad neuquina.

Queridos agentes, queridos oficiales, queridos familiares, en este día tan importante de sus vidas los saludo, les dejo un fuerte abrazo y que en estas fiestas se cumplan todos sus sueños, todas sus expectativas y que todos juntos abracemos la causa de una provincia de Neuquén fuerte, de una sociedad más justa, más inclusiva y más digna de ser vivida. Un abrazo para todos.