La subsecretaría de las Mujeres, dependiente del ministerio de Ciudadanía, comenzó hoy a brindar las capacitaciones sobre género en el marco de la Ley Micaela. En el Auditorio de Casa de Gobierno, un equipo técnico de la dirección de Promoción y Fortalecimiento de los Derechos de las Mujeres encabezado por la subsecretaria Patricia Maistegui, llevó adelante el módulo “Sensibilización y formación en género”.
El primero de los tres talleres estuvo destinado a funcionarias y funcionarios de alto rango jerárquico, que incluyeron desde el gobernador de la provincia, Omar Gutiérrez, hasta subsecretarias y subsecretarios del poder Ejecutivo.
El inicio oficial de las capacitaciones -obligatorias por ley para todas las personas de los tres poderes del Estado provincial- coincidió con otras actividades que se están realizando desde la subsecretaría en conmemoración del 25 de noviembre, Día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres.
La apertura del taller estuvo a cargo de la subsecretaria Maistegui, quien se centró en la importancia que implica implementar y cumplir con la Ley Micaela para todo el personal del Estado provincial. “Estamos participando de un hecho histórico. Estoy contenta porque esto que empezó en el Salón de Acuerdos con la adhesión de la provincia a la Ley Micaela, tomó cuerpo en los resultados que hoy vemos aquí”, dijo y agregó que “acá nadie se va a recibir de doctora o doctor en género. Vamos a bajar conceptos básicos para trabajar en la cotidianeidad que se nos presenta todos los días”.
A su vez, Maistegui ponderó que la provincia se encuentre a la vanguardia de las capacitaciones. “Cuando hablamos de la primera capacitación en todo el país es porque el tema de la sensibilización no se logra por internet u online. El género hay que pasarlo por el cuerpo. Conocer las leyes y normativas es una parte, pero el género es práctica y para eso estamos hoy acá”, señaló.
Por su parte, la ministra de Ciudadanía, a cargo de Seguridad, Trabajo y Desarrollo Social, Vanina Merlo, resaltó que estas iniciativas son “a favor de los derechos de las mujeres, que le van a hacer bien a la sociedad”, y agregó que “se promovieron y se ha podido avanzar en leyes que han cambiado la historia; leyes que protegen a las familias, y las de prevención de la violencia de género, como la Ley Micaela. Creo que como funcionarias y funcionarios tenemos un gran desafío; este es un primer momento”.
Esta primera etapa de capacitaciones está compuesta por tres módulos, de los cuales el segundo se realizará el viernes en el Auditorio de Casa de Gobierno.
La violencia como un problema estructural
El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 50/134, el 17 de diciembre de 1999. Se conmemora cada 25 de noviembre, fecha que recuerda el asesinato de las tres hermanas Mirabal -25 de noviembre de 1960-, militantes opositoras a la dictadura que ejerció, por más de 30 años, Leónidas Trujillo en la República Dominicana. El principal objetivo de ese día es sensibilizar a la población sobre uno de los problemas a los que se enfrentan miles de mujeres y niñas.
La problemática de la violencia contra las mujeres es un fenómeno social que trasciende las entidades individuales y/o personales. No se limita a una cultura, región o país, ni a ciertos grupos dentro de la sociedad. Es una violación de los derechos humanos y un importante obstáculo para lograr la igualdad de oportunidades. La violencia impide que una importante cantidad de mujeres goce de sus derechos, de la igualdad y del desarrollo. Se trata de un grave problema, cuyo abordaje implica importantes transformaciones institucionales, sociales y culturales que, para concretarse, necesitan de toda la sociedad.
La cifra de las violencias
En la provincia del Neuquén según el informe anual del Observatorio de la Violencia contra las Mujeres (OVCM), en el período 2017-2018 se registraron 18.862 denuncias con un incremento interanual del 6,3 por ciento, que afecta principalmente a mujeres entre 20 y 40 años, siendo en su mayoría situaciones de violencia familiar.