Se conmemora el Día del Médico en la Argentina

El gobierno de la provincia del Neuquén, a través del ministerio de Salud y Desarrollo Social, felicita a todos los médicos de la provincia al conmemorarse mañana 3 de diciembre el Día del Médico. La elección de esta fecha es en homenaje a Carlos Finlay, por ser quien confirmó la propagación de la fiebre amarilla a través del mosquito aedes aegypti.

El ministro de Salud y Desarrollo Social, Ricardo Corradi Diez saludó, especialmente, “a todo el cuerpo de profesionales médicos de toda la provincia -tanto del sistema de Salud como de atención privada-, que día a día sostienen el acercamiento y la calidez que propiciamos desde el gobierno”.

“Estamos agradecidos con quienes con esfuerzo, dedicación y esmero llegan a las necesidades de las personas y las acompañan en los procesos de mayor vulnerabilidad física y emocional, como así también para ayudar a la prevención y promoción de la salud”, añadió.

Día del Médico

Se celebra el 3 de diciembre por ser el día de nacimiento de Carlos Finlay, el médico cubano que demostró el modo de transmisión de la fiebre amarilla -a través del mosquito aedes aegypti-, un hallazgo de trascendencia mundial que evitó miles de muertes en América Latina. La fiebre amarilla fue estudiada clínicamente durante muchos años, pero resultaron determinantes los estudios de Finlay, que comenzó a ocuparse de la enfermedad en 1865.

En 1881 presentó su trabajo ante la Academia de Ciencias de La Habana “El mosquito hipotéticamente considerado como agente transmisor de la fiebre amarilla”, en el que describía los detalles, las características y los hábitos del mosquito y anunciaba la trascendente experiencia del contagio en personas: “Cinco casos en los cuales, por una sola picadura de mosquito, se reprodujo la enfermedad”, decía.

Se esperaron 19 años para que la IV Comisión Americana para el Estudio de la Fiebre Amarilla (integrada por Reed, Carroll, Agramonte y Lazear) se dispusiera a comprobar si la teoría de Finlay era cierta.

En 1901, la comisión confirmó y amplió las ideas de Finlay, que dieron las bases para la prevención por medio de la lucha contra los mosquitos, dejando atrás la idea de que el mal se transmitía por la ropa o por los objetos que hubieran estado en contacto con los enfermos.