Proyectan un laboratorio de mejoramiento genético porcino para la Patagonia

En la Provincia del Neuquén se proyecta crear un laboratorio de mejoramiento genético porcino que brinde servicio a la Patagonia y aplique la transferencia embrionaria, una técnica innovadora en esta especie, para mejorar la calidad genética de los rodeos porcinos. Por ser un área libre de fiebre aftosa sin vacunación no se permite ingresar a la región reproductores de alta calidad genética procedentes del norte del país. Sin embargo, sí es factible ingresar embriones obtenidos de esos ejemplares para implantarlos de un vientre de menor valor y contribuir de esa forma a mejorar los índices productivos y de calidad de la carne, sin descuidar el estatus sanitario.

Fundación Familia, una organización que trabaja con adolescentes y jóvenes en riesgo social, económico y familiar que viven en asentamientos del oeste neuquino, presentó una iniciativa en tal sentido ante la Secretaría de Planificación y Acción para el Desarrollo-COPADE, como autoridad provincial de aplicación en Ciencia y Tecnología, para acceder al financiamiento parcial destinado a proyectos de innovación productiva que respondan a demandas de innovación tecnológicas.

Contó con el acompañamiento del Centro PyME-ADENEU, dependiente del ministerio de Producción e Industria, y obtuvo la aprobación inicial del COPADE que remitió el proyecto al Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (COFECyT) para su evaluación final.

El proyecto fue aprobado recientemente por el COFECyT y se encuentra a la firma del ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Lino Barañao, como instancia previa a emitir la resolución que autoriza la transferencia de los fondos no reembolsables. Demandará una inversión total de 6.134.900 pesos; de los cuales 4.156.000 de pesos se solicitaron al ministerio nacional y los casi dos millones restantes serán aportados por la contraparte.

Desde el programa Porcino del Centro Pyme-Adeneu se asiste técnicamente a unos 150 productores de la provincia que tienen en total 6.500 madres. Esto representa una cobertura del 25% de los productores porcinos y un 77% de la cantidad de cerdas. Concretar este proyecto beneficiará directamente a los productores adheridos al programa y estará abierto a otros, tanto de la provincia como de zonas aledañas.

Para facilitar su implementación se dividió el proyecto en tres etapas. La primera tendrá un año de duración al cabo de los cuales se prevé readecuar el laboratorio y la sala de cirugía, adquirir parte del equipamiento y poner a punto el protocolo de anestesia y técnica de transferencia embrionaria. La segunda, de cuatro meses, implica la compra del resto del equipamiento y los insumos, la puesta a punto del protocolo de vitrificación y la transferencia tanto a los productores como a los profesionales. En la tercera etapa se profundizará la transferencia.

Estatus diferencial

A partir de mayo de 2014, la región patagónica –comprendida por las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego– fue reconocida por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) como área libre de fiebre aftosa sin vacunación. Este estatus zoosanitario la diferencia del resto del país y genera importantes beneficios para toda la actividad agropecuaria regional.

Para poder mantener este estatus sanitario, el SENASA prohíbe el ingreso de animales en pie y sus carnes, productos, subproductos y derivados de este origen ya que son capaces de vehicular el virus que produce la fiebre aftosa.

Si bien la barrera zoosanitaria busca proteger el patrimonio sanitario, repercute en la producción porcina de la región ya que no se pueden incorporar animales de reposición para mejorar la genética de los rodeos. La reposición con animales provenientes de centros genéticos es el método más utilizado en la Argentina para mejorar el plantel reproductivo. Como estos centros se ubican al norte de la citada barrera, los productores de la región patagónica protegida no pueden acceder a este beneficio.

En la actualidad, el método de mejora genética porcina utilizado en la región es la inseminación artificial a través de dosis seminales provenientes de centros de inseminación ubicados en Córdoba, Santa Fe o Buenos Aires. Sin embargo, este método resulta poco eficiente ya que solo produce una mejora del 50% en la progenie.

Para otras especies –bovinos, caprinos y ovinos– la transferencia embrionaria resulta sencilla, eficiente y está ampliamente estudiada. En cambio, para los porcinos esta técnica no se ha aplicado a nivel nacional. Los expertos lo atribuyen a la complejidad anatómica y fisiológica, así como a los escasos conocimientos de esta práctica.

El médico veterinario Ariel Garralda –coordinador del Programa de Desarrollo Porcino de Centro PyME-ADENEU y director del proyecto– explicó que la transferencia embrionaria “nos permitiría introducir embriones de alto valor genético provenientes del norte del país en la zona protegida, para desarrollarlos en vientres de nuestra piara”.

Agregó que el ingreso de embriones a esta región está permitido, ya que tienen la particularidad de poseer una estructura denominada zona pelúcida que los protege de contaminantes patógenos y garantiza su transporte con el mínimo riesgo de transmisión de enfermedades, confiriéndoles características sanitarias únicas. Es por ello que, de aplicarse en Argentina, sería el primer país en utilizarlo con fines concretos y comerciales, fuera del ámbito específico de la investigación.

Hasta el momento no es una práctica que se realice en el país. Ninguna empresa o centro tecnológico ofrece aún este servicio.

Parte de un gran proyecto

Fundación Familia trabaja desde 2010 con adolescentes y jóvenes que viven en asentamientos del oeste de la ciudad de Neuquén y los acompaña con emprendimientos enmarcados en la Economía Social.

Cuenta con un predio cedido por la empresa Pluspetrol que es un centro experimental donde 20 jóvenes desarrollan diferentes propuestas productivas, como plantas nativas denominado Pensamiento nativo, árboles para veredas llamado Horizonte Verde, lombricompuesto generado con desechos orgánicos, una cabaña de mejora genética de cerdos y, en forma incipiente, producción de alimento para cerdos.

María Inés Cafiero, titular de dicha fundación, explicó que “estos emprendedores son alumn@s o ex alumn@s de la Escuela Nuestra Señora de la Guardia, con quien trabajamos en forma asociada. Esta propuesta les ha permitido sostenerse en la escuela o bien en estudios superiores y a la vez, formarse para el mundo del trabajo. Tanto desde los saberes técnicos para desarrollar el emprendimiento como las habilidades sociales necesarias para llevar adelante un trabajo, esto es, organización, constancia y trabajo en equipo”.