Corradi Diez: “El sistema público de salud tiene una gran fortaleza de atención en cada rincón de la provincia”

Con motivo de conmemorarse hoy, 3 de diciembre, el Día del Médico en la Argentina, el ministro de Salud y Desarrollo Social, Ricardo Corradi Diez saludó a todos los profesionales de la medicina “que cada día entregan lo mejor de sí a los pacientes y contribuyen a mejorar el sistema de salud provincial”.

El momento que atraviesa la provincia en materia de Salud “es coyuntural, por eso estamos trabajando en fortalecer el sistema”, expresó el funcionario y destacó la optimización y rotación del recurso humano “para facilitar la equidad e igualdad en la atención primaria”.

En este sentido, comentó que en la provincia se desempeñan 1270 médicos “en jornada full time en el sistema público” y adelantó que avanzan los procesos para digitalizar el sistema de turnos y así “agilizar los trámites tanto para el profesional como para los pacientes”.

Corradi Diez indicó que se aumentó la complejidad de equipamiento para estudios de ecografías y quirófanos, y que se adquirieron nuevos aparatos para la realización de estudios complejos.

“Si bien hay temas que abordar en el sistema público de salud, también debemos reconocer que éste sigue teniendo una gran fortaleza de atención en cada rincón de la provincia”, manifestó el ministro al referir a la capacidad de cobertura sanitaria.

Día del Médico

Se celebra el 3 de diciembre por ser el día de nacimiento de Carlos Finlay, el médico cubano que demostró el modo de transmisión de la fiebre amarilla -a través del mosquito aedes aegypti-, un hallazgo de trascendencia mundial que evitó miles de muertes en América Latina. La fiebre amarilla fue estudiada clínicamente durante muchos años, pero resultaron determinantes los estudios de Finlay, que comenzó a ocuparse de la enfermedad en 1865.

Se esperaron 19 años para que la IV Comisión Americana para el Estudio de la Fiebre Amarilla (integrada por Reed, Carroll, Agramonte y Lazear) se dispusiera a comprobar si la teoría de Finlay era cierta.

En 1901, la comisión confirmó y amplió las ideas de Finlay, que dieron las bases para la prevención por medio de la lucha contra los mosquitos, dejando atrás la idea de que el mal se transmitía por la ropa o por los objetos que hubieran estado en contacto con los enfermos.